BAHÍA BLANCA.- El robo de cables del tendido eléctrico es recurrente en la zona, con más de 130 casos denunciados solo en el último año e incluso con lesionados de gravedad. Este fenómeno tuvo su expresión más trágica en la madrugada de este martes, cuando en la caja de una camioneta quedaron abandonados en la puerta del Hospital Municipal Penna cinco hombres mayores de edad, solo uno de ellos con vida.
Los médicos de sala de Guardia atendieron la emergencia e intentaron reanimación cardiopulmonar de los cuatro hombres que no tenían signos vitales. Al quinto lo atendieron cuando sufría un paro cardíaco, del que lograron recuperarlo en pocos minutos y estabilizarlo en las siguientes horas.
Todos tenían indicios de quemaduras graves o gravísimas, con indicios claros especialmente en extremidades superiores e inferiores, y la investigación permitió establecer que habían intentado cortar una línea de alta tensión en las afueras de la ciudad, en un área rural a la altura del kilómetro 46,5 de la ruta 33, en camino hacia la localidad de Tres Picos.
Quien los llevó y los abandonó, luego se supo, era el padre de una de las víctimas fatales y pudo ser detenido poco después, ya a partir del avance de la investigación que lleva adelante el fiscal Gustavo Zorzano, a cargo de la UFI N°18 del Departamento Judicial Bahía Blanca.
Autoridades judiciales confirmaron que todos los involucrados tienen antecedentes penales por distintos tipos de delitos contra la propiedad e incluso recordaron que alguno de los fallecidos había tenido un episodio reciente con quemaduras importantes en un brazo, también durante un intento de robo de cables en esta misma jurisdicción.
El fiscal espera por la declaración del único sobreviviente y quien, según los datos ya incorporados como prueba, fue quien los trasladó y dejó en la puerta del hospital. No solo pretende confirmar que estaban tratando que quedarse con parte del tendido aéreo en esa zona, que está compuesto en su mayoría por cobre –metal de gran poder de reventa en el mercado de recuperadores- y corresponde a líneas de alta y media tensión. Espera algún testimonio que revele una supuesta complicidad policial que tendrían para cometer estos delitos.
Esta hipótesis se afirmó porque, entre los cuatro cadáveres y el sobreviviente, se secuestró un Handy con frecuencia policial encriptada que es parte de la red oficial y, según fuentes de la investigación, está asignado a un subcomisario que presta servicios en una comisaría de Bahía Blanca. El funcionario nunca denunció su extravío, por lo que es un hecho que deberá dar explicaciones.
Fuentes policiales confirmaron que los fallecidos se llamaban Joaquín Acosta, de 18 años; Facundo Uribe, de 32; Federico Strick, de 28, y Fernando Gallardo, de 25. El único que llegó al hospital con vida es Emanuel Chamorro Sepúlveda, de 20, internado y con custodia policial. Y el detenido, conductor de la camioneta, fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66.
El médico Jonás Bracco, del Hospital Penna, confirmó que recibieron en el shockroom a Chamorro Sepúlveda y cuatro personas fallecidas, a los que sin suerte intentaron reanimar. En el caso del sobreviviente, confirmó que tenía quemaduras en un brazo y pies y anticipó secuelas renales, siempre por efecto de la fuerte descarga eléctrica. Aseguró que, en principio, está fuera de peligro, pero continuará internado hasta su recuperación.
El comisario Gonzalo Bezos, jefe de la Superintendencia de Seguridad en Bahía Blanca, brindó por la mañana una conferencia de prensa y remarcó que tanto fallecidos como otros dos involucrados tienen antecedentes penales. Y aclaró que el intento de robo de cables que tuvo este desenlace fatal lo advirtió un móvil de Patrulla Rural, que llegó a perseguir a los sospechosos cuando escapaban por la ruta 33 en sentido a Bahía Blanca en una camioneta VW Amarok. “Iban sin luces”, detalló.
Al vehículo recién lo ubicaron cuando ya estaba en la puerta del hospital, sin ocupantes. El jefe policial evitó dar detalles o profundizar sobre la existencia de un Handy del servicio de comunicaciones de la fuerza, cuestión sobre la cual trabaja la justicia.
Desde la Empresa Distribuidora de Energía Sur (EDES) no brindaron información oficial sobre el caso y se limitaron a confirmar que remitieron todo dato de interés a la fiscalía que investiga el caso.
Fuentes de esta firma confiaron a LA NACIÓN que este robo de cables se intentó en un tramo de media y alta tensión que transporta 33 Kv que va desde Bahía Blanca a Tornquist. “No fue afectado el servicio”, aclararon sobre un incidente que no derivó en problemas para los usuarios y del que, aseguran, recién se enteraron por consultas de la policía que ya trabajaba en búsqueda e identificación de autores.
Reconocen que el robo de cables es un delito frecuente e importante y que en tribunales se tramita una causa importante con más de un centenar de denuncias por este tipo de delitos. “Todo se agravó luego del último temporal”, dijo en referencia al fenómeno meteorológico que en diciembre pasado provocó gravísimos destrozos en Bahía Blanca y alrededores. Entienden que los daños en el tendido expusieron líneas sobre las que los delincuentes pusieron atención por la calidad y cantidad de cobre que componen esas líneas.
El relevamiento que personal policial hizo con técnicos de EDES en la zona donde intentaron el corte de cables y tuvieron el accidente se recuperaron casi 300 metros de cables que tenían listos para llevarse, segmentado en varios rollos. Otro tramo quedó colgando de una de las torres que sostienen el tendido, a unos 20 metros de altura.
En la camioneta VW Amarok que conducía Ángel Gallardo también se recuperó una soga con un gancho, elemento que utilizarían para enganchar y cortar los cables. Se desconoce hasta el momento si intentaban provocar cortocircuitos para que la línea salga de servicio y reducir riesgo de descargas o si, como se sostiene en una de las hipótesis, el grupo creían que ese tramo estaba desactivado y, por lo tanto, no había peligro.