La Copa Davis siempre esconde sorpresas. Durante décadas se dijo que la mayor competencia del tenis por equipos se ríe del ranking: no hay lógica que valga cuando los jugadores representan a su patria. El duelo como visitante contra Países Bajos, por la segunda ronda de los Qualifiers, que tendrá lugar del 12 al 13 de septiembre próximos y pondrá en juego el pase a las Finales de Bologna con los ocho mejores del mundo, representa para Argentina, en ese sentido, un desafío de calibre.
Ni siquiera la ausencia del número uno naranja Tallon Griekspoor (30° del ranking ATP), una suerte de guiño previo a favor, consiguió encandilar al equipo conducido por el capitán Javier Frana, que llevará a la ciudad de Groningen un plantel compacto con dos novedades: la vuelta del número uno nacional Francisco Cerúndolo (19°), en su reaparición tras la ausencia en el triunfo ante Noruega en Oslo -el debut del capitán- y el estreno de Francisco Comesaña, el marplatense de 24 años que viene de ser una de las revelaciones argentinas en la última gira del US Open. Los que completan la nómina el otro singlista Tomás Etcheverry (59°), asistido por Frana semanas atrás en el torneo de Cincinnati y los doblistas Horacio Zeballos (11°; ex 1°), el mejor de la especialidad en la historia del tenis argentino -flamante finalista del US Open-, y Andrés Molteni (20°; ex 7°).
«La baja de Griekspoor para nosotros no significó nada. No sé si después afectará, pero como primera reacción no modificó nada. Los vemos con la guardia alta: tienen jugadores con recorrido, fueron finalistas el año pasado. En la Copa Davis el ranking desaparece», manifestó Frana con vistas a su segunda serie como conductor.
“Estoy contento porque nunca es fácil perderse una serie de Copa Davis como me pasó en enero por una pequeña lesión. A mí me gusta mucho representar a mi país», expresó Cerúndolo, en un evento despedida en el Tenis Club Argentino de Palermo, a dos días del viaje rumbo a Países Bajos, que tuvo a todas las piezas del plantel menos Zeballos, en Nueva York para disputar la definición del Abierto de Estados Unidos.
Por su lado Comesaña reveló sensaciones íntimas sobre su primera citación: «Era un sueño inocente; cuando pasan los años empezás a dudar si los vas a poder alcanzar. Tengo esta posibilidad después de mucho sacrificio. Me agarra en mi mejor momento: es un año muy bueno, jugué y me entrené con los mejores en el nivel ATP. A veces me voy a acostar a la noche y me veo jugando con la remera mágica, pero intento estar en el presente».
El doble partido
De relación inherente con la Davis, certamen que jugó durante toda su carrera entre 1986 y 1997, Frana sabe que Argentina siempre tendrá un potencial de riesgo en compromisos por la Copa, pero sostiene que hay un «doble partido» que tendrá que afrontar su equipo.
«Con el tiempo se renuevan los desafíos. Los jugadores toman la filosofía, lo que uno predica. En cada serie tenemos dos partidos: el partido interno, nuestro, como equipo, y después el que tenemos que ganarle a Países Bajos. Pero si ganamos el primer partido aumentamos la probabilidad de ganar el segundo. A mí me entusiasma lo primero: el grupo, la unión, los valores», reflexionó el capitán.
El rafaelino, además, evitó expresar que la Argentina será favorita frente a Países Bajos: «No sé si me siento favorito, pero sí me siento fuerte. Es un registro interno: si tengo que decirlo de una manera es que somos muy fuertes. Ningún resultado me puede sorprender: puede que haya alguno no deseado, pero la serie es muy pareja y espero que salga para nuestro lado».
La diferencia quedó marcada con un jugador que sí se animó a afirmar que la Argentina tendrá las de ganar en la serie por el pase a las Finales. Se trata de Etcheverry, el platense de 26 años que ya acumula cinco convocatorias en la Copa. «Yo pienso que somos favoritos. Hay que respetar a todos los rivales pero por la baja de Griekspoor y por el equipo que tenemos creo que deberíamos ganar la serie, más allá de que el ranking no importa y pueden pasar muchas cosas», admitió respecto de su equipo en comparación con los locales, que contarán con los singlistas Jesper de Jong (83°), Botic Van de Zandschulp (73°) y Guy den Ouden (161°), además de los doblistas Sander Arends (24°) y Sem Verbeek (43°).
La crucial eliminatoria frente a Países Bajos, al mejor de cinco puntos con cuatro singles y un doble, se jugará en canchas duras y tendrá espacio en el MartiniPlaza, un estadio bajo techo con capacidad para 3.855 espectadores ubicado en Groningen, a 180 kilómetros de la ciudad de Amsterdam.
No habrá sparring
Una práctica habitual en los equipos de la Davis a lo largo de los años siempre fue la decisión de designar un sparring, que suele ser un jugador joven con cierta proyección, para que se concentre y pueda foguearse y entrenarse con el plantel. En la serie ante Países Bajos, al igual que en el debut en 2025 frente a Noruega, Argentina no contará con uno.
La explicación, a cargo del capitán Frana: «Sparring no llevamos. Está buenísimo que los chicos lo vivan de cerca, que tengan fogueo… Pero hay una sola cancha, la oficial, que la compartimos con Países Bajos. Es un chino armar los espacios para los entrenamientos. Tiene un costo enorme llevarlos y es para usarlos por una hora y media».
El rafaelino incluso profundizó sobre el tema: «No es una cuestión de voluntad; ocurrió lo mismo en Noruega. Es una cuestión de optimización. Es una sola cancha para todos los equipos y encima somos cinco; los tres singlistas tienen que prepararse por igual. La idea es ayudarnos entre todos. En esta ocasión no podemos llevar sparrings, que está buenísimo tenerlos, pero quizá es un costo de unos cuatro mil dólares, no sé, un número que incluso para ese jugador serviría para solventar dos meses de gira, pero es un tema que va mas allá de lo que pueda decir».
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