El impacto de la tragedia familiar sobre Juanes fue profundo y determinante. En el pódcast Más Que Titulares, conducido por la periodista Javiera Quiroga, el artista colombiano habló de cómo las pérdidas y dificultades que atravesó en su familia moldearon no solo su vida, sino también su carrera musical.
“Cada persona lleva una cruz”, reflexionó Juanes al recordar los años de dolor por el coma de su hermana, que se prolongó durante 27 años, y por el fallecimiento de su padre. El cantante relató cómo la violencia en Colombia durante los años 80 y 90 también dejó huella en su adolescencia.
“Todos los que tuvimos que vivir nuestra adolescencia en Medellín en los 80, estamos vivos de milagro”, expresó. Sobre la historia de su hermana, Juanes confesó: “Era nuestra primera nieta, todo era una celebración familiar. Pero ese día, al entrar al hospital, encontré a mi mamá y a mi tía llorando».
«Ahí comenzó una historia que moldeó mi vida, mi familia y mi música” finalizó el músico. La familia vivió décadas de incertidumbre hasta que en 2019 su hermana falleció, un episodio que marcó un antes y un después. “Fue muy triste y muy loco al mismo tiempo sentir que ella falleció y que todos descansamos. Como que todos lo miramos y dijimos: Dios mío”, contó.
EL REFUGIO DE JUANES: SU PROFESIÓN
En medio de la adversidad, Juanes encontró en la música un refugio inquebrantable. “Me aferraba a la música, a las ganas de hacer mi carrera, de superarme”, explicó. Creció en un hogar donde el arte estaba presente y aprendió a tocar la guitarra desde niño.
“Desde que tengo razón, estoy tocando la guitarra. No recuerdo cómo aprendí, porque era muy pequeño”. El apoyo de sus padres también fue clave. Su padre, Javier, le compró un acordeón al notar su pasión por la música: “Mi papá me compró un acordeón porque vio que tenía actitud para la música”.
Y aunque la relación tuvo momentos difíciles, Juanes aseguró: “Siento que tengo una conexión incluso más cercana con él ahora que antes”. No todo fue sencillo en su camino hacia el éxito internacional. Tras la muerte de su padre, Juanes migró a Estados Unidos enfrentando pobreza y soledad.
“Llegué a Los Ángeles sin dinero, sin contrato, viviendo en un motel, solo, deprimido”. En ese periodo, el apoyo de su madre, Alicia, fue fundamental. “Mi mamá siempre ha sido muy religiosa y nos inculcó la fe. Eso fue muy importante para ese momento de mi vida”.
La fama trajo consigo también desafíos personales. Juanes recordó momentos de depresión y adicciones: “Llegué a un punto de hastío total, donde odiaba todo lo que hacía, odiaba mi música, odiaba mi cara, odiaba mi voz, me odiaba”.
Sin embargo, decidió priorizar su salud mental: “Lo más valiente que pude hacer fue parar. Me dijeron que estaba loco, pero no me importaba nada más que ir a mi casa, estar con mis hijos, reconectarme y volver a comenzar”.