Al perder peso, uno de los cambios más evidentes es la disminución de la grasa corporal. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es qué sucede realmente con esa grasa una vez desaparece de la báscula.
A diferencia de lo que se suele pensar, gran parte de esa grasa no se elimina por el sudor ni se convierte directamente en energía. La respuesta está en la respiración.
La bióloga Mafer, conocida en TikTok como @virtualdiva, explicó en un video divulgativo que “cuando perdemos grasa, la mayor parte se transforma en dióxido de carbono (CO2) que eliminamos a través de los pulmones”.
Esta afirmación, que sorprende a muchos, está respaldada por los procesos bioquímicos que ocurren en el cuerpo durante la pérdida de peso.
Cuando el cuerpo no recibe suficientes calorías para cubrir sus necesidades, comienza a usar las reservas que tiene almacenadas. “El organismo empieza a tirar de sus reservas. Y esas reservas, explica Mafer, son principalmente grasa acumulada en el tejido adiposo”.
Durante este proceso, los triglicéridos presentes en las células grasas se dividen en glicerol y ácidos grasos, que luego se trasladan por la sangre hasta las células que requieren energía. Allí, se inicia una cadena de reacciones metabólicas conocida como betaoxidación.
En ese proceso, la grasa se convierte en tres productos fundamentales:
Mafer aclara que “una sola molécula de grasa con 16 átomos de carbono puede generar hasta 106 moléculas de ATP, 16 de CO2 y 46 de agua”. Así, la grasa que desaparece durante el adelgazamiento se transforma en subproductos que el cuerpo elimina por vías naturales.
A medida que el dióxido de carbono se genera, pasa al torrente sanguíneo, llega a los pulmones y se elimina con cada exhalación. En palabras de Mafer, “cuando haces ejercicio o estás en déficit calórico, una parte de la grasa que pierdes literalmente la estás ‘respirando’ fuera de tu cuerpo”.
Este mecanismo, aunque poco conocido, representa la principal vía de eliminación de la grasa durante la pérdida de peso, un dato que contradice muchas creencias populares.
Una de las ideas más difundidas es que el sudor es el medio por el cual se elimina la grasa. Sin embargo, esto no es del todo correcto.
El sudor solo refleja la pérdida de agua para regular la temperatura corporal. Aunque algo del agua que se genera al metabolizar la grasa sí puede salir mediante la transpiración, no es el canal más importante.
Un estudio publicado en The British Medical Journal por los investigadores Ruben Meerman y Andrew Brown concluyó que más del 80 % de la grasa que se pierde se exhala como dióxido de carbono.
Por Camila Paola Sánchez Fajardo