“Volvió algo que no era tema” dice Gustavo Manriquez, CEO del Banco Supervielle, ante un encuentro organizado por el IIF (Institute for International Finance) en Buenos Aires. Es que la alerta de algunas consultoras a entidades financieras sobre el crecimiento en la morosidad e incumplimiento en los pagos de préstamos y tarjetas de crédito por parte de privados se reflejan en las estadísticas oficiales del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Según la consultora LCG el gasto con tarjeta se “encuentra en máximos” y el (no) pago de la tarjeta «comenzó a tener un gran peso al compararlo con un salario que no termina de despegar». Cada vez hay más cancelaciones de montos apenas arriba del mínimo, y luego ni siquiera llegando al mínimo (que implica mora). Las tasas que se pagan por ese saldo son de las más altas del mercado y pueden superar el 90% nominal anual, advierte LCG.
Esta situación, para los economistas de la consultora no implican “niveles alarmantes” de mora, pero comentan que diversos bancos observaron que la morosidad continuó en aumento en mayo y junio, “afectando a familias de varios segmentos económicos”. Con este escenario ven que «posiblemente anticipe una mayor desaceleración en el crecimiento de los préstamos a familias y comience a generar dudas sobre la capacidad de seguir sosteniendo el aumento del consumo en los próximos meses».
En el mismo sentido, la consultora Quantum advierte que “la morosidad de las familias aumentó un 46% en abril contra noviembre pasado. La de las empresas también subió, pero menos (39%).” Agregaron también que «la cartera de mayor irregularidad fue la de préstamos personales, alcanzando el 4,6% del total de esos préstamos. Comparado con noviembre de 2024, el mayor aumento relativo de la mora se observó en las financiaciones de tarjeta de crédito -pasó de 1,6% a 2,9%».
Los números del BCRA respaldan este planteo. Si bien parte desde un piso bajo, inferior a 2018, hay un sostenido incremento (pendiente creciente) en los últimos meses en la mora de los préstamos del sistema financiero local que encienden luces amarillas. Los últimos datos disponibles muestran que en abril fue del 2,2% en promedio para las entidades, con mayor incidencia en los créditos a familias (personas), que subió 0,4 puntos hasta el 3,7%.
Un peso pesado de Wall Street se sumó a la lista de organismos que empiezan a advertir sobre un importante incremento en los niveles de endeudamiento de los argentinos. La calificadora de riesgo Moody’s, alertó en su último informe que «la relación deuda media-salario se ha incrementado fuertemente a partir de la segunda mitad del 2024″, con una suba del 72% entre junio del año pasado y enero de 2025. Los comparó a “niveles similares a los de 2018»
Te puede interesar: Crece el consumo pero las familias están más endeudadas, ¿cómo se explica?
Te puede interesar: Crece el consumo pero las familias están más endeudadas, ¿cómo se explica?
De acuerdo a un informe elaborado por el Instituto de Estudio y Formación de la CTA-A, basado en datos oficiales, en el primer trimestre del año las paritarias perdieron hasta casi un 7% con respecto a la suba de los precios. Asimismo, según un relevamiento de la consultora CP, dirigida el 95% de los convenios salariales relevados quedaron por debajo de la inflación en marzo, provocando una contracción real del ingreso.
De acuerdo a un informe de coyuntura del MATE, cada trabajador registrado del sector privado perdió frente a la inflación el equivalente a unos dos millones de pesos desde que asumió Milei, y casi seis millones de pesos perdió cada trabajador estatal.
Milei y Caputo con la complicidad de los dirigentes sindicales impusieron paritarias por debajo de la inflación y salarios de pobreza. Se torna urgente recuperar los sindicatos para los trabajadores, y plantear un verdadero plan de lucha para frenar el ajuste, en la pelea de un aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y programas sociales que ubique el mínimo al valor de la canasta familiar, la incorporación de cláusulas gatillo que actualice el salario mes a mes según la inflación y por recuperar todo lo perdido en los últimos años.