Fernando Dellarciprete (40) estaba bajo tratamiento psiquiátrico, pero nadie presumía el acto demencial que iba a protagonizar y que conmociona por estas horas a los vecinos de Tres Arroyos: degolló a la mujer en su casa, ahogó a sus hijos de 10 y 3 años en un zanjón a la vera de la ruta nacional 228 y se tiró bajo las ruedas de un camión.
El hombre había trabajado en la maltería Quilmes, en esa ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires. Con la indemnización del retiro voluntario, hace un par de años, se había comprado un camión, pero las cosas salieron mal y los problemas económicos lo angustiaban.
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Los videos que publicó el padre que asesinó a su familia en Tres Arroyos
El 16 de abril había subido una foto de los cuatro integrantes de la familia en el vehículo, creada con Inteligencia Artificial (IA) al estilo de Studio Ghibli, el famoso animé japonés. Él estaba al volante, Rocío Noemí Villarreal (34) a su lado, Tiziano (10) al medio y Francesco (3) detrás.
Era la imagen de una familia feliz. Artificial. Nadie presagiaba el terrible final. Este miércoles retiró a sus hijos de clases, a media mañana. El mayor, que iba a cumplir 11 años este lunes 9, asistía a la Escuela Agropecuaria, ubicada en el kilómetro 489 de la ruta nacional 3. El más chico, que iba a cumplir 4 años el 23 de junio, al Jardín 903. Ambas instituciones estuvieron hoy de duelo.
El hogar de la calle Larrea al 100 terminó siendo la escena de un femicidio. Villarreal fue degollada. Su marido la atacó por detrás y le clavó un cuchillo en el cuello. Fue el último cuerpo que encontraron, porque previo a eso el padre de la familia completó una faena salvaje.
Lo primero que se supo fue que, antes de las cinco de la tarde, se arrojó al paso de un camión Mercedes Benz en el kilómetro 75 de la ruta 228, que tiene una extensión de 140 kilómetros entre Tres Arroyos y Necochea.
«Yo no maté a nadie, no tengo nada que ver, el hombre se tiró abajo de mi camión«, le dijo desesperado el chofer de ese vehículo, Jonatan Alfredo Luna (35), al periodista Mario Maruca, del Ecos Diarios.
Como una ironía del destino, el camión, que quedó cruzado en el medio de la ruta, tenía en su parabrisas, en letras enormes, el nombre de su hijo, Tiziano, el mismo que el mayor de los chicos asesinados. Tiene 11 años. Apenas llegó a su casa, Luna lo abrazó y se puso a llorar.
La Renault Duster blanca del femicida estaba a unos metros, al lado de un monte. Había chocado contra unos árboles con intención de matarse él y matar a sus hijos, pero el agua acumulada por las lluvias frenó el vehículo y las plantas eran chicas. Segundos después del impacto, ahogó allí a los dos chicos.
De acuerdo a fuentes policiales, en un estado de conmoción, caminó hasta un campo, donde pidió un arma para suicidarse. Como lógicamente se la negaron, se volvió corriendo hasta la ruta y allí resolvió arrojarse al paso del camión, que había llevado cereal al puerto de Quequén y se volvía sin carga a Tres Arroyos.
Dellarciprete se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico. No estaba tomando la medicación y en las últimas semanas analizaban internarlo en algún centro de salud mental, dijeron fuentes judiciales a LU24 Radio Tres Arroyos. Por eso, ahora buscan determinar si sufrió un brote psicótico.
Según La Voz del Pueblo, «había acordado con el médico que lo trataba una internación por propia voluntad en el área Salud Mental«, aunque no había antecedentes de atención psiquiátrica en el Hospital Pirovano.
La fiscal Natalia Ramos, de la UFI N° 6 de Tres Arroyos, tenía previsto tomarle declaración por estas horas al psiquiatra que lo atendía.
Además, se esperaba el resultado de las autopsias, aunque se supo de manera preliminar que la mujer murió desangrada y los nenes por asfixia por sumersión, es decir, ahogados.
“A prima facie se pudo ver un corte en en su cuello, y para esto ya se sabía que su marido se había arrojado debajo de un camión y sus dos hijos, menores de edad, estaban también fallecidos”, contó Ramos a Ecos Radio de Necochea.
Respecto de posibles antecedentes de violencia de género, la fiscal dijo no tener información «que indique que había algún conflicto» y, además, «no había denuncias penales previas”.
“Realmente los familiares se sorprendieron con la situación, al igual que a los vecinos, ya que nada indicaba que esto podía llegar a terminar” así, manifestó.
En su Facebook, el autor de la masacre subía fotos con su familia y también mostraba sus pasiones: la vida al aire libre, los cuatriciclos, el UTV y el surf. Entre otras imágenes, había compartido una de su esposa, con los cuatro juntos y la leyenda «I love my family» (Amo a mi familia).
Con Rocío, que estudiaba una carrera terciaria, estaban juntos desde el 7 de agosto de 2011. Ella había sido empleada en la Municipalidad de Tres Arroyos y actualmente vendía cosméticos, aromatizantes y sahumerios, que promocionaba en esa red social. Además, era masajista.
“Tres Arroyos es una ciudad chica y todos nos conocemos. Es un ciudad que está absolutamente conmocionada por lo que sucedió, porque nadie esperaba una situación así”, resumió la fiscal Ramos.
EMJ