En diálogo con Canal E, el economista Gabriel Rubinstein advirtió sobre las vulnerabilidades estructurales de la economía argentina y cuestionó la viabilidad del modelo actual.
Un dólar bajo y un modelo exigente
“Es muy difícil salir de esto, y en estos momentos menos”, sostuvo Rubinstein sobre el actual esquema cambiario argentino. Explicó que la baja del dólar comenzó con la llegada de Javier Milei al poder, quien ganó con un discurso de dolarización. “Cuando se estabilizó la economía, al final quedó un valor muy bajo para el dólar, y así quedamos ya”, afirmó.
Para el economista, el actual modelo “es un esquema muy exigente”, comparable con la convertibilidad o la política económica de Martínez de Hoz. Esto genera una economía vulnerable ante cualquier desvío o crisis. “Es un sistema más riesgoso que si el dólar estuviera más alto”, advirtió.
¿Es sostenible el modelo?
Rubinstein consideró que la sostenibilidad del modelo depende de dos factores clave: política e inversión. “Esto es sostenible en la medida en que al gobierno le vaya bien políticamente”, señaló. Pero también depende de una mejora en el acceso al financiamiento externo: “Si el riesgo país baja por debajo de 500, 400 o 300, se va a aligerar todo el tema de las reservas”.
El dilema, sin embargo, es más profundo: “Argentina hoy no toleraría, sin un sobresalto muy grande, que gane un gobierno que no sea tipo Milei”. La falta de alternancia política sin crisis económica es una señal de debilidad estructural, según Rubinstein.
Dos fragilidades centrales
Rubinstein identificó dos grandes vulnerabilidades en la Argentina actual. “Una fragilidad política, porque no es un gobierno de consensos; y una fragilidad económica ligada a un dólar bajo y falta de acumulación de reservas”. Estas condiciones, a su juicio, diferencian a la Argentina de países como Uruguay o Chile, donde los cambios de signo político no alteran las reglas macroeconómicas.
Recordó que en 2007 el país tenía una economía tan sólida que no importaba quién ganara las elecciones. “Ahora tenés una situación políticamente frágil. El gobierno no se encarga en absoluto de generar consensos”, afirmó. Esta lógica de confrontación constante “le puede servir al gobierno, pero no es lo mejor para el país”.
Inversiones y confianza: el dilema del riesgo argentino
Rubinstein también advirtió que esta inestabilidad desalienta inversiones: “Si vos arriesgás un millón de dólares y mañana pierde Milei, podés tener riesgos muy grandes”. La memoria histórica de cambios bruscos en reglas e impuestos aún pesa en la decisión de inversores y ciudadanos.
En este contexto, el economista fue escéptico respecto al éxito del plan para activar los dólares “del colchón”: “Si no blanquearon antes, ¿por qué lo harían ahora?”. Destacó además la falta de marco legal y las dudas generadas por provincias como Buenos Aires, que no apoyan el mecanismo. “No va a ser tan fácil que sea muy exitosa esta política”, subrayó.
El uso de dólares: libertad vs imposición
Rubinstein rechazó la idea de forzar el uso de dólares en el consumo cotidiano: “Forzar un poco al uso de dólares es raro. Dejemos que la gente los use como quiera”. Para él, sólo habría incentivo real si se ofreciera una ventaja impositiva significativa.
Finalmente, se mostró cauto con las expectativas oficiales: “Es un poco exagerado pensar que con esto se nos va a ir mucho mejor”, concluyó.