Aprender a manejar el dinero, sumar el buen hábito del presupuesto, y comprender conceptos claves como el ahorro, la inversión y el valor del tiempo son pilares fundamentales para construir un futuro más tranquilo, seguro y sano. Ahora bien, estos conocimientos forman parte del ABC de la educación financiera, y son herramientas esenciales para acercar a cada uno de nosotros a los objetivos. Por ende, empezar a entenderlo desde chicos promueve la responsabilidad y la independencia financiera, entre otras cosas.
Un buen paso: cuentas de inversión para adolescentes
Desde fines del año pasado, la CNV -ente regulador del mercado de capitales- permitió que los adolescentes entre 13 y 17 años puedan tener su primera cuenta de inversión, previa autorización de un adulto (que puede ser su padre, madre o tutor). Un paso que creemos que tiene mucho para aportarles, y es una herramienta sin dudas poderosa para su futuro. Invertir es mucho más que comprar/vender un activo financiero, es aprender a planificar, tomar decisiones y administrar recursos con un objetivo que seguramente evolucionará con el tiempo. Un objetivo incluso que hoy puede comenzar por darse “gustos” en unas vacaciones, su viaje de egresados, o bien un primer auto o una futura carrera.
La inversión no debe estar vinculada al azar
La inversión no es una apuesta, no está (ni debe estar) vinculada al azar. Esta es una primera y fundamental diferencia. Invertir debe entenderse como una herramienta para proteger e incrementar el valor de los ahorros a lo largo del tiempo. Y si bien hay varios consejos que podemos mencionar a quienes están comenzando, hay tres que inicialmente vale tener en cuenta. El primero es la diversificación (para reducir los riesgos); el segundo es comprender que la relación entre rendimiento y riesgo es directa (mayor ganancia potencial, mayor riesgo); y el tercero, conocer mi perfil de inversor. Este se construye considerando factores como la edad, el conocimiento, la tolerancia al riesgo, el objetivo, la situación personal… y lógicamente no es único para toda la vida, pero sí esencial para invertir con tranquilidad.
La primera inversión para un adolescente
Las cuentas de inversión para adolescentes permiten acceder a un amplio universo de inversiones, que va mucho más allá del FCI Money Market de una billetera. No obstante, hay ciertas restricciones como no poder invertir en futuros o opciones (productos calificados de alto riesgo). Creemos que un buen paso es sumar, por ejemplo, FCIs, que cumplen con la recomendación de diversificación, liquidez y expertos detrás de la inversión. Entre ellos, destacamos los fondos de renta fija (de corto plazo o no). Otra opción con la que los jóvenes se pueden sentir identificados son los Cedears porque les permiten invertir a marcas que consumen y reconocen, como Apple, MELI, Tesla, Meta, lo que puede generar una conexión más cercana entre la inversión y los intereses de un adolescente. Ahora, tengamos acá al tiempo de la inversión como un dato clave.