El temblor en los mercados internacionales se profundizó en el inicio de esta semana. El presidente Donald Trump anunció este martes que elevaría los aranceles a China hasta un total del 104% y, hoy miércoles, si bien aseguró que pondría una pausa a los aranceles de decenas de países, también advirtió que llevaría finalmente a 125% los aranceles para China. En este escenario de idas y vueltas, el dólar blue y las divisas financieras, Contado con Liquidación y MEP acentuaron la tendencia alcista, aunque esta jornada mantuvieron cierta estabilidad y el riesgo país el martes llegó a rozar los 1.000 puntos.
Los analistas afirman que el shock externo le pone mayor presión al esquema cambiario en un momento donde predomina la incertidumbre sobre el futuro régimem cambiario que surgirá del acuerdo con el FMI, lo que impulsa la cotización de los dólares paralelos.
En este clima, el Banco Central arrancó la semana con ventas en el mercado cambario oficial para abastecer la demanda y las reservas perforaron los u$s25.000 millones y se ubican en el nivel más bajó en los últimos 14 meses.
Ante este panorama, la duda que empieza a sugir es si la escalada de la guerra comercial y la volatilidad cambiaria pueden amenazar con interrumpir el círculo virtuoso que pregona el Gobierno sobre el proceso de desinflación y la recuperación de la actividad económica en forma de V, objetivos prioritarios en un año electoral.
El shock externo genera mayor presión sobre el esquema cambiario y los dólares libres
El dólar blue tuvo un salto de $50 pesos en las primeras dos jornadas de la semana, al cerrar el martes en $1.360, su valor más alto en ocho meses, aunque el miércoles bajó $5, y cerró a $1.355. Mientras que el CCL y el MEP finalizaron en $1.347 (-1,5%), y $1.348 (-2,1%), respectivamente.
Los analistas de PPI señalaron que «el temor a una guerra comercial que se extienda más de lo previsto y, por consiguiente, la mayor probabilidad de ir a un escenario de desaceleración económica, tanto en Estados Unidos como a nivel global, desembocó en una dinámica clásica de flight to quality (vuelo a la calidad), es decir, los inversores están buscando refugio en activos más conservadores».
A su vez, la consultora Eco Go destacó que «en Argentina, el coletazo se da en un contexto de incertidumbre creciente en torno al esquema cambiario negociado con el FMI en el marco de un acuerdo que sigue demorándose». Y sostuvo que «el escenario actual garantiza un crecimiento inferior al promedio en el comercio global y en Brasil, lo que impacta negativamente en los términos del intercambio de Argentina, y por ende en su disponibilidad de dólares».
En ese marco, Rocío Bisang, analista de Eco Go, explicó a iProfesional que «el riesgo percibido, dado el contexto de incertidumbre, impulsa a los mercados a refugiarse en activos más seguros, lo que hace que se desarmen las posiciones en pesos y presionen los tipos de cambio paralelos».
«Además, cae el consumo en EE.UU., producto de la suba de precios dado que ahora se suma el arancel, lo que se traduce en menos importaciones y, por lo tanto, menor entrada de dólares al país, lo que deja al BCRA con menos poder de fuego para intervenir en los mercados«, afirmó.
En Eco Go consideran que «las chances de sostener el esquema cambiario actual (dólar blend más crawling) que habían sido puestas en duda con las declaraciones del ministro Luis Caputo se tornan cada vez más complejas frente al cimbronazo actual».
En ese sentido, recalcó que «lo importante será que el mercado piense que el nuevo esquema será sustentable; un esquema híbrido que contente al Gobierno y al FMI puede ser la peor solución si el mercado no es convencido».
En sintonía, Florencia Fiorentin, economista jefe de Epyca, advirtió que «va a caer el comercio mundial y eso seguramente impactará en nuestro balance comercial. En el mundo, muchos países van a devaluar, ya lo hizo Brasil, y eso va a presionar en nuestro esquema cambiario ya que queda más atrasado todavía siendo que el resto de los países devalúan».
«Lo correcto sería modificar el esquema cambiario porque la coyuntura global cambió drásticamente. En principio, con un tipo de cambio más coherente a la disponibilidad de divisas y nivel de productividad de Argentina», juzgó.
Por su parte, el analista financiero Christian Buteler, planteó en su cuenta de la red social X: «Dejaron correr los dólares financieros. ¿Están maximizando los pocos dólares que quedan o la modificación del régimen cambiario es tan inminente que ya no vale la pena seguir mal gastando billete?».
Por su parte, Jeremías Morlandi, economista de Thesis Consulting, relativizó el impacto del shock externo: «En Argentina también hay un impacto fuerte, pero ojo, no todo es oscuro. La falta de pesos en la economía debido al oportuno ajuste macroeconómico que hizo el Gobierno el año pasado, junto con el cepo, nos permite estar en una situación obviamente sensible, pero no caótica«.
«Es por el control monetario y el superávit fiscal que los dólares financieros no se dispararon demasiado. Subieron, sí, pero nada comparable a otros contextos macro que Argentina vivió en el pasado», evaluó.
Asimismo, un analizar de LCG reflexionó que «en un contexto que muestra dificultades para acumular divisas (y con reservas exiguas), este panorama introduce dificultades adicionales no sólo por la baja de la soja y el petróleo sino también para calibrar una estrategia cambiaria saludable».
«En un contexto que se requiere flexibilidad, estamos encorsetados con la premisa de que no tienen que haber movimientos cambiarios hasta las elecciones. O tal vez esta sea la excusa perfecta para rever la estrategia cambiaria», razonó.
Pérdida de divisas: el impacto de la baja en el precio de la soja y el petróleo
La consultora EconViews resaltó que «en un sell-off de esta magnitud, es esperable que los activos de un país vulnerable como Argentina sufran», pero «tal vez lo más relevante para la estrategia del BCRA sea la baja del petróleo y la soja y la apreciación del dólar».
EconViews esgrimió que «es difícil calcular los efectos que tendrá (el shock internacional), pero seguramente tendremos un menor crecimiento mundial, y por ende menos demanda agregada, lo que puede presionar el precio de commodities para abajo».
«Esto tendría un fuerte impacto para Argentina, dependiente de las exportaciones agrícolas y ahora de petróleo para hacerse de dólares», aseveró.
Los analistas de PPI también enfatizaron que el actual escenario «redundó en una baja de los commodities», entre ellos el precio de la soja y el petróleo crudo.
«Argentina, como tradicional exportador de commodities agrícolas y ‘nuevo’ exportador de hidrocarburos, sufrirá este shock externo. Es extremadamente importante ver qué sucede con el precio de la soja, ya que es el principal complejo exportador (24,6% de las exportaciones en 2024), y del petróleo crudo por los potenciales dólares que podría traccionar Vaca Muerta», aseguraron.
En ese sentido, en PPI calcularon que «considerando esta baja en el precio internacional de la soja y que la producción se estima en 47,5 millones de toneladas, según la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor de la cosecha se redujo en alrededor de u$s860 millones: de u$s17.960 millones previo a los anuncios de Trump, a u$s17.100 millones».
Por su parte, el crudo Brent profundiza el recorte del jueves (-6,4%) y viernes (-6,5%), aunque exhibe una baja más contenida al ceder 2,4% al momento de escribir este informe. Asímismo, estimaron que por la caída en el precio del petróleo, «y teniendo en cuenta nuestra proyección de 100 millones de barriles a exportar en 2025, las exportaciones de crudo se redujeron en u$s1.100 millones de un estimado de u$s7.500 millones a u$s6.400millones».
«Sumando el impacto tanto en la soja como en el Brent, esto se traduce en una pérdidade u$s1.960 millones en el frente externo«, proyectaron.
Actividad económica: ¿se frenará el circulo virtuoso del plan económico de Luis Caputo?
Un informe de Facimex Valores sostuvo que «el aumento de la volatilidad cambiaria amenaza con desanclar las expectativas, poniendo en riesgo el círculo virtuoso del programa», en alusión al proceso de baja de la inflación combinada con la recuperación en V de la actividad .
«La desinflación, la recuperación de la actividad y la caída de la pobreza explican que la confianza en el Gobierno medida por la UTDT (Universidad Di Tella) siga en niveles históricamente elevados, incluso cuando mostró leves caídas en los últimos 3 meses», destacó.
«Despejar la incertidumbre sobre el régimen cambiario será la clave para evitar que se desanclen las expectativas, blindando este círculo virtuoso. Mientras más rápido lleguen las definiciones con respecto al futuro esquema cambiario, menor será el impacto sobre las expectativas y el costo en términos de afectar el proceso de desinflación y la recuperación de la actividad«, afirmaron.
La consultora PxQ juzgó que «las circunstancias parecen estar dando lugar a una tormenta perfecta para Argentina: el shock internacional negativo se combina con demasiadas idas y vueltas con el acuerdo con el FMI, en un marco donde tanto EE.UU. como el propio organismo podrían tener otras urgencias».
«El Gobierno pasó así de prever una economía en la previa de las elecciones con inflación en baja, actividad en alta y brecha controlada, a una en la cual la depreciación del paralelo puede revertir la baja de la inflación y esta, a su vez, lastimar la actividad«, aseveró.
Para Fiorentin, «el círculo virtuoso se había empezado a disolver y esto terminó de hacerlo colapsar».
Por su parte, Bisang evaluó que «hoy estamos en un contexto donde prima una fuerte incertidumbre, y el miedo a la recesión en EE.UU. se refleja en los mercados, impulsando un fly to quality, y eso se traduce en la caída de los bonos y acciones y tracciona al alza los dólares paralelos, lo que empeora las perspectivas de desaceleración de la inflación y la recuperación de la actividad, en particular considerando la escasez de reservas y las limitaciones que puede tener el BCRA para capear movimientos muy bruscos».
«En lo que respecta a la inflación, por ahora estamos estimando 2,7% para abril (y 2,6% para mayo, dejando lejos la perspectiva que teníamos hace unas semanas de perforar el 2%», comentó.
El economista Federico Glustein concordó que «el alza de los dólares paralelos tendrá su correlato potencial en precios, posiblemente haya un incremento leve de inflación, frenando la baja al 2% como se pensaba».
Consultado acerca de si corre riesgo la recuperación de la actividad económica, Glustein en principio estimó que no debería haber un gran impacto.
«Va a depender de cuánto dure (el shock). Si hay una extensión temporal amplia podríamos suponer que eso suceda, que impacte de largo. Si se revierte la medida global, en Argentina no tendría un impacto severo. El riesgo para la recuperación depende de otros factores locales».
En sintonía, Morlandi consideró que el shock externo «le agrega incertidumbre en el plano crediticio, pero no tanto en la parte inflacionaria o de actividad; sobre esas cuestiones son más los factores locales los que terminarán influyendo».
Por su parte, el grupo SBS señaló que «de cara a este año, mantenemos nuestra proyección de crecimiento del PBI real en 3,5%-4,%, siendo los factores clave a monitorear la dinámica del plano cambiario y cuentas externas, el crédito en pesos, si continúa o no el proceso de desinflación y en qué medida, y el sesgo de la política fiscal-monetaria en un año marcado tanto por las elecciones como por el nuevo acuerdo con el FMI».
«La inversión dependerá también de la estabilidad y las mayores certezas, por lo que evitar jornadas como las de la segunda mitad de marzo, y contener la volatilidad, serán cuestiones claves para atraer inversión extranjera directa, el flujo que mejor representa la percepción de confianza sobre la marcha macro de un país determinado, y que, de momento, no tracciona, aún con la vigencia del RIGI».