Elías David Piccirillo (38), marido de la modelo y conductora Jésica Cirio (40), quería sacarse de encima a un empresario con quien tenía una deuda de seis millones de dólares. Por eso cayó preso el jueves pasado. En el mismo operativo fue detenido un amigo suyo, apodado “Lobo”, un ex inspector echado de la Policía Federal (PFA) que tenía nexos con un alto jefe de la Policía de la Ciudad.
Como mano de obra desocupada, «Lobo» cumplía la función de resolver los problemas de seguridad de algunos financistas cripto. A veces dentro, a veces fuera de la ley. En este caso, a Piccirillo le hizo un trabajito fino: orquestó la detención policial del acreedor de su amigo plantándole en su camioneta de lujo 1,280 gramos de cocaína de máxima pureza.
Allegados a «Lobo» aseguraron a Clarín que se conoció con Piccirillo cuando el empresario le pidió una asesoría por temas vinculados de logística y seguridad. El ex inspector tenía planeado abrir una empresa de seguridad privada.
Con el tiempo comenzaron a frecuentarse y el marido de Cirio empezó a tener confianza en sus movimientos. «Elías confiaba mucho en él. Hasta se cree que le realizó alguna cobranza», afirmó la fuente consultada.
De “Lobo” se sabe su nombre: Sebastián Carlos Smith (45). De su pasado, se conoce muy poco y es todo malo. Smith fue exonerado de la Policía Federal cuando tenía el rango de inspector por amenazar a unas personas que estaban usurpando una propiedad en Flores. “Van a salir por las buenas o por las malas”, amenazó. Eso fue en el 2014.
La amenaza se cumplió cuando llamó al Comando Radioeléctrico de la PFA. Cinco hombres armados ingresaron al lugar y sacaron a la fuerza a las personas que allí estaban. Esto provocó la denuncia del hecho, una investigación interna de la fuerza y su exoneración.
Ahora nuevamente su nombre recorre los pasillos de los tribunales federales de Comodoro Py. Un testigo colaborador lo mencionó como el nexo entre Piccirillo e Iván Carlos Helguero (50), jefe de la División Robos y Hurtos Norte de la Policía de la Ciudad.
Helguero quedó imputado junto a siete policías por armar un falso operativo policial en el que detuvieron al empresario cripto Francisco José Hauque (41). En ese procedimiento se halló más de un kilo de cocaína y un arma. Luego se supo que fueron plantadas.
Quién es el «Lobo» Smith
Sebastián Carlos Smith nació el 8 de julio de 1979. En 1998 ingresó en la Escuela de Cadetes de la Policía Federal Argentina. Durante su etapa como policía fue ayudante, subinspector e inspector. Trabajó además en varias comisarías y en la ex División de Investigaciones Patrimoniales.
En agosto de 2014, cuando trabajaba en la comisaría N°38 de Flores, fue denunciado por haber ofrecido dinero a varias personas que estaban usurpando una propiedad.
Pero lo que motivó la denuncia fue la manera violenta en que cinco hombres ingresaron a la casa rompiendo la cadena del portón del garaje y se dirigieron hasta donde estaban las víctimas, a quienes amenazaron con armas de fuego y fierros.
Según la denuncia, a la que tuvo acceso Clarín, a principios de año Smith “se hizo presente en la propiedad manifestándole que pertenecía a la Comisaría 38, y que venía de parte del dueño del inmueble, quien les ofreció la suma de $ 155.00 para que todos lo abandonen”.
El policía regresó a los pocos días y amenazó: “Si no quieren la plata yo como sea voy a hacer lo imposible para sacarlos de aquí. Si no salen por las buenas van a salir por las malas”. Fue entonces que llamó al Comando Radioeléctrico para pedir móviles por incidentes en la vía pública. Una mujer lo denunció y comenzó una investigación por el delito de cohecho que se extendió varios años hasta que se firmó la exoneración de Smith de la PFA.
Fuentes de la investigación confirmaron a Clarín que Smith fue obligado al retiro en 2017. La resolución fue firmada por el entonces jefe de la PFA, el comisario general Néstor Roncaglia.
En 2019, bajo el mando de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, durante la gestión del presidente Mauricio Macri, se firmó la exoneración de Smith de la Policía Federal Argentina.
Atrás quedaron los más de 21 años como integrante de la fuerza de seguridad. Por delante, una carrera como empleado de una empresa de seguridad privada.
El vínculo con la causa Piccirillo
Smith fue nombrado en la causa que tiene nueve personas imputadas, de las cuales siete son agentes de la Policía de la Ciudad. También está Piccirillo entre los principales acusados. El noveno es el “Lobo” Smith.
El juez Sebastián Ramos, que esta subrogando el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 11, investiga el accionar de Piccirillo contra el empresario Hauque, muy conocido en el negocio cripto y a quien todos conocen como «Fran».
Según la causa, Piccirillo “encargó, organizó y participó” de un operativo policial ilegal la madrugada del 18 de enero pasado, en el que policías de la Ciudad detuvieron a Hauque y a su pareja por tenencia de drogas: casi un kilo y medio de cocaína. La excusa para interceptar su auto fue un supuesto caso de violencia de género dentro de la camioneta la marcha.
Al revisar el Audi Q8 en el que circulaban, los agentes hallaron un paquete con 414 gramos de cocaína, otro con 844 gramos de la de la misma sustancia bajo del asiento del conductor, una pistola calibre 9 milímetros con ocho municiones, 900 dólares y 190.000 pesos. La pistola estaba envuelta en una tela y cubierta totalmente con cinta adhesiva. Daba la sensación de que era un «perro»- como se llama a las armas que planta la Policía- y eso es lo que era, efectivamente.
Horas antes, con esa misma Q8 el empresario había pasado a buscar a Piccirillo, quien curiosamente, pese al calor, vestía “un sobretodo largo hasta los pies”. El marido de Cirio- que iba a ir a la misma cena, pero a última hora pegó el faltazo- se sentó en el asiento trasero en lugar del de acompañante. Creen que allí plantó la droga y el arma.
Hauque y su pareja fueron detenidos. Ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Gerardo Pollicita, el matrimonio denunció una maniobra destinada a ensuciarlos y apuntó contra Piccirillo, con quien se había reunido a cenar en el Palacio Duhau, sobre la avenida Alvear, en Retiro, antes del operativo policial.
Capuchetti -hija de un histórico comisario general de la Federal- conoce el paño y sospechó. Finalmente descubrió que todo había sido armado para «eludir el pago de la deuda», y que se llevó adelante un plan con participación de la brigada de la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad.
Esa deuda a la que hace referencia es el pago de seis millones de dólares por parte de Piccirillo hacia Hauque.
La conexión Piccirillo-Smith
Para llevar a cabo el procedimiento policial ilegal, Piccirillo necesitó de la colaboración del jefe de la División Robos y Hurtos Norte de la fuerza de seguridad porteña. El nexo entre ambos fue el “Lobo” Smith, según el dictamen fiscal.
De la investigación surgió que Smith “siempre estuvo cercano al lugar de los hechos durante el procedimiento ilegal”. Antes también fue visto a bordo de una camioneta BMW X6 y dirigiéndose hasta donde se encontraban los agentes que iban a realizar el procedimiento.
También se comprobó que pasadas las 2 de la mañana del 18 de enero, Smith pasó por el peaje de Tigre. En ese partido vive Piccirillo, más precisamente en el barrio “El Yacht” de Nordelta. Allí fue luego de la cena con Huaque.
Las antenas de telefonía celular también captaron el paso de Smith por la zona de Camino de los Remeros y Santa María de las Conchas, también en Tigre.
La trampa fue descubierta. Sin dudas un tiro para la Justicia. Sin embargo, aún quedan muchos cabos sueltos, entre ellos la denuncia de Piccirillo contra Hauque por extorsión -iniciada en diciembre- y el detalle misterioso y para nada menor del origen de la droga y el arma que se usaron para el falso operativo.
Todo parece indicar que esto recién empieza.
AS