miércoles, 5 febrero, 2025

Es un tsunami: advierten que hay 130.000 nuevos casos de cáncer por año en el país y piden reforzar la detección temprana

Una persona con cáncer tarda en el país, en promedio, 130 días –más de dos meses– para iniciar el tratamiento indicado, con cuellos de botella en el camino que tienen que ver con la disponibilidad de turnos, la presentación de autorizaciones y otros trámites por cobertura; la alta demanda en los laboratorios de anatomía patológica y los traslados, según donde viva, entre otros. En el Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemoró ayer, 4 de febrero, los oncólogos piden políticas públicas que ordenen la respuesta del sistema de salud y promuevan más eficientemente la detección temprana.

“El cáncer es hoy un tsunami, con unos 130.000 nuevos casos que se detectan en el país anualmente”, señaló Claudio Martin, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC). Un estudio reciente sobre 53.800 historias clínicas de pacientes atendidos desde 2001 dio cuenta de un aumento de los casos entre los 18 y 59 años, principalmente por tumores de mama y colon.

En diálogo con LA NACION, el especialista recordó que todas las políticas de prevención y detección temprana demostraron su eficacia contra la enfermedad y son más costo-efectivas para el sistema de salud que cualquier intervención ya en etapas más avanzadas.

Solo en cáncer de pulmón, el primer estudio local sobre su impacto sanitario y económico hecho por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) reveló el año pasado que tratar la enfermedad en estadios avanzados cuesta diez veces más que hacerlo en las etapas más tempranas. Aun cuando no es el cáncer más frecuente, es el que más recursos consume y es el que más decesos registra en la Argentina porque, de acuerdo con el trabajo del IECS, hasta un 90% de los pacientes son diagnosticados tardíamente. Esto ocurre aunque existe un estudio por imágenes recomendado como prueba de detección temprana para los grupos de riesgo, como los fumadores o la población con exposición ocupacional que puede dañar la salud pulmonar, de acuerdo con el Consenso Argentino para el Tamizaje de Cáncer de Pulmón, de 2023. En la práctica, desde entonces falta un programa nacional que respalde y unifique su implementación, como ocurre con otros cánceres.

Cuando se puede detectan tempranamente, más chances hay para el paciente de curación ante los tumores más habitualesQUIRÓNSALUD – QUIRÓNSALUD

“Cuando se puede detectar el tumor temprano, más chances hay para el paciente de curación cuando hablamos de los cánceres de pulmón, mama, cuello uterino, próstata y colon, que son los de más frecuencia y con formas de detección temprana que nos permiten aumentar significativamente la posibilidad de curarlos en más pacientes. Es mandatorio que los estados nacional y provinciales tomen conciencia de la realidad del cáncer en el mundo y la Argentina, y se pongan a trabajar para generar políticas acordes para beneficio de los pacientes”, continuó Martin, que es jefe de la Sección Oncología del Hospital de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer y jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming, en la ciudad de Buenos Aires.

Uno de los ejemplos que utilizó para graficar el estado de situación de la atención oncológica en el país con respecto a los avances en los últimos años es el acceso que tienen hoy los pacientes argentinos a las pruebas moleculares (a través de biomarcadores) para el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico. Esos tests, como explicó Martin, los solventa en gran medida la industria farmacéutica, que utiliza los resultados también para los medicamentos que comercializa. Esto hace que el acceso quede atado a esos intereses. En el cáncer de pulmón, por ejemplo, el uso de esas pruebas es estándar.

“Los tests moleculares deberían estar cubiertos por el Estado a través del sistema de salud”, insistió el titular de la AAOC, que representa a unos 1300 oncólogos en el país. “En la atención oncológica –prosiguió en diálogo con LA NACION–, hoy son clave para los diagnósticos y poder seleccionar el tratamiento más conveniente para el paciente. Pero hay ciertas limitaciones en su disponibilidad al no estar cubiertos en todo el sector público y privado, y depender de la voluntad de terceros de pagarlos o no”.

Un escenario similar se aplica al hablar de tratamientos. “El acceso es hoy heterogéneo en el país: no están disponibles para todos los pacientes por igual, más allá de en qué subsistema se atiendan, qué cobertura tengan o dónde vivan”, detalló Martin.

Como parte del proyecto Mapeo de personas con cáncer en la Argentina (Mapec), la Fundación Donde Quiero Estar dio a conocer en los últimos días una recopilación de las principales barreras de acceso a los tratamientos oncológicos en sus diferentes etapas a través del testimonio de 153 personas que tuvieron o tienen cáncer. El 51% mencionó inconvenientes en la primera consulta médica: desestimación de los síntomas (14%), demora en los turnos (19,7%) y problemas de traslado a los centros de atención (10,8%). Todo esto, como indicaron desde la fundación, prolonga el tiempo al diagnóstico y el tratamiento.

El acceso a tratamientos es hoy heterogéneo en el país: no están disponibles para todos los pacientes por igualFreepik

Además, mencionaron los problemas para llegar a un diagnóstico certero (8%) y el tiempo que demoraron los resultados de las biopsias (6,3%), un insumo crítico para definir e iniciar el tratamiento.

“Se está viviendo una crisis en todo el país respecto al diagnóstico en servicios de anatomía patológica, donde hay pocos recursos humanos o mal distribuidos”, planteó Verónica Baró, oncóloga y directora médica de Lucha Contra el Cáncer Ushuaia (Luccau), al difundir los resultados del mapeo. “Los pacientes realizan los procesos iniciales, pero pocos o ninguno llegan a la inmunohistoquímica, técnica de laboratorio que hoy en día es fundamental para la mayoría de los diagnósticos y para poder plantear tratamientos. Hay atrasos de hasta dos o tres meses para contar con un diagnóstico definitivo”, agregó la especialista.

El tiempo promedio entre la primera consulta médica y el inicio del tratamiento, se estimó en 130 días, mientras que las demoras en el acceso a la medicación fue lo más mencionado (19,5%) al indagar sobre los inconvenientes con los tratamientos.

“No cabe duda de que los tratamientos son cada vez más caros. Con la evolución de la tecnología y más dificultades con las coberturas, se vuelve más dificultoso el acceso en general. Pero a la vez, por eso también se vuelve tan importante hacer mucho hincapié en la prevención, los cuidados de un estilo de vida saludable y los controles periódicos recomendados. Todo esto no solo salva vidas, sino que, en el caso del cáncer, con la detección temprana de la enfermedad es cuando más chances hay de ser curable”, insistió Julia Ismael, oncóloga clínica y exdirectora del Instituto Nacional del Cáncer (INC). “Toda la población, a partir de los 45 años, por lo menos debería reflexionar sobre el estilo de vida que lleva, el sedentarismo, si hace actividad física regular, si consume fibra en proporción con el resto de los alimentos, además de evitar el cigarrillo y revisar el consumo de alcohol. La buena noticia es que son todas medidas que se pueden llevar adelante ahora mismo”, insistió Ismael.

En el INC renunció hace dos semanas quien era su titular, Verónica Pesce. Por el momento, el Ministerio de Salud no designó reemplazante. Ante la consulta de LA NACION, en esa cartera no hubo respuesta sobre el destino de ese organismo, que es rector en la implementación de políticas y programas para reducir la incidencia del cáncer, la mortalidad asociada y mejorar la calidad de vida de la población con cáncer.

“Vamos hacia la prevención a cargo del usuario: pensar qué hacemos cada uno para prevenir las enfermedades crónicas no transmisibles, entre las que está el cáncer –señaló la extitular del instituto–. No tenemos en la Argentina un Plan de Control del Cáncer vigente desde hace varios años. No se sabe qué va a pasar con el INC. Entonces, no esperemos qué van a hacer otros por nosotros, sino que, como usuarios del sistema de salud, tomemos las riendas. Es decir, hablar con el médico de cabecera y pedirle, cuando no los indica, los controles preventivos o de detección temprana recomendados según la edad y los antecedentes familiares (mama, próstata, colorrectal, pulmonar, cervicouterino)”.

Como se dijo, en la Argentina se detectan unos 130.000 casos nuevos de cáncer por año. Esto es de acuerdo con una proyección estadística que hace el Observatorio Global del Cáncer (Globocan) de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, por su sigla en inglés). En 2020, según la estimación que difundió el INC, hubo 130.878 casos nuevos de cáncer, con entre 181,1 y 248,3 por cada 100.000 habitantes, lo que ubica al país en el grupo de incidencia de la enfermedad media-alta en el mundo.

El año pasado, dos informes del Observatorio de Cáncer del Instituto Oncológico Henry Moore (IOHM) fueron un llamado de atenciónGentileza IOHM

El año pasado, dos informes del Observatorio de Cáncer del Instituto Oncológico Henry Moore (IOHM), centro de derivación y de formación en posgrados y residencias de la especialidad, en el barrio porteño de Palermo, fueron un llamado de atención. El primero demostró con datos de atención que, por la pandemia de Covid-19, el país había retrocedido 20 años en el diagnóstico de nuevos tumores. El segundo reporte, en septiembre pasado, dio cuenta de un aumento de los casos entre los 18 y 59 años, principalmente por tumores de mama y colon, de acuerdo con información de 53.800 historias clínicas digitalizadas de pacientes atendidos desde 2001.

“La incidencia de tumores en pacientes jóvenes y adultos se incrementó en los últimos años, pero vemos que esa tendencia es más constante en los menores de 39 y que tuvo, proporcionalmente, un mayor incremento entre los 40 y 49 años”, refirió, en ese momento, Ernesto Gil Deza, director de Investigación y Docencia del IOHM. En diálogo con LA NACION, lo atribuyó “fundamentalmente” a un aumento del cáncer de mama y de colon en el grupo de entre 18 y 49 años, mientras que en los datos del observatorio “se mantiene constante” el cáncer de pulmón.

“La percepción en la población de que cada vez hay más casos es porque una de cada tres personas tiene o superó algún tipo de cáncer –apunta Martin, presidente de la AAOC–. Influyen, por un lado, una mayor expectativa de vida y el envejecimiento, proceso que está bajo estudio, junto con la alimentación, la falta de ejercicio suficiente, la exposición solar, el tabaquismo y el consumo de alcohol como se está dando, sin campañas que lo desalienten a pesar del alto impacto negativo que tiene para la salud pública”.

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