El Astillero Río Santiago (ARS) es una empresa estratégica y de gran importancia para la Argentina, y ha sido objeto de sucesivos ataques por parte del Estado, independientemente del gobierno de turno. Actualmente, al analizar la propuesta de presupuesto para 2025, queda claro un nuevo ataque: una reducción del 25,7%, es decir, de $30.598.580.100. A continuación, explicamos cómo llegamos a esta situación y qué salida proponemos.
La importancia del Astillero Río Santiago
Fundada el 15 de junio de 1953 en Ensenada, provincia de Buenos Aires, sobre las márgenes del Río Santiago, esta fábrica se erige como un pilar estratégico para el país desde sus inicios.
En su apogeo, la fábrica llegó a contar con más de 5 mil empleados, además de alrededor de 3 mil trabajadores tercerizados. Tal magnitud reflejaba los objetivos de la fábrica: construcciones navales de los más diversos tipos y tamaños, ya sea para satisfacer las necesidades del país o mediante contratos con empresas extranjeras.
Las obras y construcciones realizadas en el Astillero Río Santiago (ARS) por sí solas demuestran la relevancia de esta fábrica. Sin embargo, al considerar su rol en la soberanía de nuestro país, adquiere un significado aún mayor. Argentina es un país con una extensa zona costera, además de un importante flujo de navegación fluvial, lo que requiere numerosas embarcaciones tanto para el transporte de mercancías como para el patrullaje de sus costas.
Los intentos previos de privatización
El ARS ha enfrentado múltiples intentos de privatización a lo largo de su historia, en su mayoría durante períodos de ajuste económico o reformas estructurales.
Estos intentos no siempre son directos e incluyen el desfinanciamiento y despidos masivos, que terminan reduciendo la capacidad de la fábrica. Esa reducción, vista desde afuera como “ineficiencia”, luego se utiliza como justificación para más ajustes y abre la puerta a la posibilidad de privatización.
La gestión del Presidente Carlos Menem planteó la privatización del astillero como parte de sus políticas neoliberales. En 1993, el ARS fue transferido a la provincia de Buenos Aires mediante un decreto que tenía la privatización como objetivo final. Sin embargo, la resistencia de los trabajadores impidió que esta se concretara. Además, durante esta década, el desmantelamiento del sistema de subsidios, como el Fondo Nacional de la Marina Mercante, afectó gravemente la viabilidad del astillero.
Durante la administración de Mauricio Macri, y de la gobernadora Maria E. Vidal hubo un plan de vaciamiento y desfinanciación, impulsando la parálisis de las obras en curso, la vulneración de derechos conquistados por los trabajadores como el cobro del premio a la eficiencia y vacaciones. Acompañada por una fuerte campaña mediática que destacaba las pérdidas económicas del ARS, sumado a declaraciones del Presidente Macri repitiendo la frase de Vito Contessi, Empresario naviero de Astilleros Naval F. Contessi de Mar del Plata: “…al Astillero Rio Santiago había que dinamitarlo”, con el objetivo de preparar el terreno para el cierre y privatización de la Empresa Estatal.
Ahora, bajo el gobierno del ultraderechista y neoliberal Javier Milei, las políticas de entregar nuestra soberanía, mediante ventas y concesiones de nuestras vías navegables, de Aerolíneas Argentinas, y con el neocolonial Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) se han convertido nuevamente en la regla, y el ARS es también uno de sus objetivos, ya que los contratos que se encuentran en curso con la Armada Argentina, nuestro principal cliente, están totalmente paralizadas y desfinanciadas.
La situación actual: el presupuesto para 2025
Aunque el astillero ha retomado cierta actividad luego del gobierno del PRO, pudiendo terminar y entregar algunas obras que habían sido paralizadas por Maria E. Vidal, todavía enfrenta ataques en el ámbito económico y productivo, en manos de los gobiernos Nacional y Provincial:
• Desde el gobierno Nacional hoy han paralizado la Obra del Dique Flotante para la Armada Argentina destinado a la Base Naval de Ushuaia, contrato de diseño y construcción iniciado en marzo del 2023, cayendo en un incumplimiento contractual por parte del Ministerio de Defensa, hoy gestionado por Luis Petri;
• Desde el gobierno provincial, con un presupuesto a la baja del 25,7%, el Astillero solo podrá subsistir con dificultades en sus gastos corrientes, con una disminución de la masa salarial y desfinanciado en su capital de trabajo, perpetrando aún más este estado de inactividad. Aun teniendo en la grada el Buque productero Juana Azurduy para terminar y así luego poder botar, no entendemos porqué el gobierno provincial no devuelve los 23 millones de dólares de esta obra, que fueron desviados por el gobernador Daniel Scioli (ayer del PJ y hoy secretario de Milei) para el techado del Estadio Único de La Plata en pos de su campaña electoral, y que ningún gobierno posterior restituyó al Astillero esos pagos de la petrolera venezolana PDVSA al Astillero y asi poder avanzar en la obra.
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¿Quiénes se benefician de la privatización del Astillero?
Los beneficiados en la privatización de la empresa estatal, son los gobiernos de turno que buscan llenar sus arcas con negociados en las compras de buques fabricados en el exterior, por ejemplo los buques multipropósitos y lanchas rápidas comprados a Francia y al Estado genocida de Israel. Y los astilleros privados quienes buscan fortalecer el financiamiento del comercio naval privado en sus entramados con el Estado y Empresas transnacionales.
Las perspectivas para el futuro
Siendo una empresa estatal, por demás esta decir que depende ciento por ciento de las decisiones políticas de los gobiernos de turno. A lo largo de nuestra historia, siempre fuimos los trabajadores quienes defendimos la Empresa de todos los embates políticos. Ningún gobierno ha presentado la decisión de fomentar y sustentar la reactivación de la industria naval argentina o bonaerense ni mucho menos estatal. Esto se traduce concretamente en invertir y financiar obras para recuperar nuestra flota mercante y para la defensa.
Lamentablemente, la conducción burocrática de ATE dice que hay que quedarse en el molde porque en provincia de Buenos Aires supuestamente Kicillof es un escudo que protege a los trabajadores de los ataques de Milei. Sin embargo, la represión a estatales que reclamaban un bono de fin de año en el municipio de Moreno y el proyecto de presupuesto 2025 con serios recortes al Astillero confirman que Kicillof no es “amigo de los trabajadores” y que su escudo está lleno de agujeros.
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Durante este primer año de la ultraderecha gobernando hubiera sido clave poner al Astillero en movimiento solidariamente junto a los jubilados y estatales nacionales, sumando también nuestros reclamos propios. Sin embargo, ATE se negó permanentemente a llamar a Asamblea General, aislando a nuestra fábrica de los sectores que han salido a pelear. Sobre esa desmovilización hoy aterriza un ajuste de casi el 26% y no dicen nada.
Hace falta otro modelo sindical. Dale fuerza a Alternativa Astillero
A pesar del pésimo rol de la conducción del gremio, los trabajadores y trabajadoras seguiremos resistiendo, organizándonos y defendiendo al Astillero, como se transmite de generación en generación desde nuestros inicios. Pero tenemos que ser muy conscientes de la necesidad de sacarnos a esta burocracia de encima, de lo contrario, su política nos conducirá a nuevas pérdidas de derechos y al vaciamiento total. Para eso es clave darle fuerza a una voz antiburocrática, que pelea por decidir todo en la base, con independencia de todos los gobiernos, como planteamos desde Alternativa Astillero.
Desde nuestra agrupación sindical y el MST -Frente de Izquierda peleamos por este modelo sindical, al servicio de reactivar nuestro astillero como parte de un plan soberano. Sabemos que para lograrlo no sirven las falsas opciones progresistas que no enfrentan de verdad a la ultraderecha. Las y los trabajadores y el pueblo tenemos que ser quienes gobernemos este país y nuestros destinos de una buena vez. Eso es lo que queremos las y los socialistas y la izquierda, y te invitamos a construirlo juntos.
Sandra Escobar
Delegada del ARS e integrante de Alternativa Astillero MST