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En medicina popular se dice que la mejor receta para calmar los nervios es dormir bajo un árbol de tilo en flor. El perfume de la flor de tilo tiene todos los atributos necesarios para transmitir una sensación de placentera calma: es delicioso y suave, sus flores son leves, cuelgan calmas del extremo de las ramas y su color se mimetiza con el follaje.
Al final de la primavera llega este espectáculo natural que cautiva los sentidos: la floración del tilo. Este árbol muy común en parques, jardines y veredas urbanas, se llena de pequeñas flores color crema con un aroma suave y dulce que inunda el aire.
El tilo (Tilia x moltkei) ha sido apreciado desde la antigüedad no solo por su belleza, sino también por sus cualidades medicinales. Las flores, ricas en flavonoides y aceites esenciales, se utilizan tradicionalmente en infusiones que ayudan a calmar el nerviosismo y promover el descanso.
Preparar una infusión de flores de tilo es sencillo y beneficioso: basta con recolectar las flores frescas, secarlas ligeramente en la sombra y, al final del día, añadir unas cucharaditas a una taza de agua caliente. Este té, ideal para antes de dormir ayuda a la relajación y prepara el cuerpo y la mente para disfrutar de un sueño reparador.
Además de sus propiedades tranquilizantes, el tilo también es conocido por sus efectos digestivos. Una infusión de tilo puede ser un remedio natural para aliviar digestiones pesadas o malestares estomacales. Para ello, basta con añadir un poco de miel o una rodaja de jengibre a la infusión, lo que potenciará sus propiedades sobre el sistema digestivo.
La floración del tilo también puede aprovecharse para renovar los ambientes con su fragancia. Colocando algunas flores secas en una bolsita de tela o en un recipiente abierto, se puede disfrutar de su delicado perfume dentro del hogar. Es una forma ecológica y económica de perfumar tu espacio sin recurrir a productos químicos.
Secar las flores de tilo es una excelente manera de aprovechar sus beneficios durante todo el año. Si se secan correctamente, se pueden conservar sus propiedades aromáticas y medicinales para usar durante todo el año.
Lo primero es elegir el momento adecuado para recolectar las flores de tilo. La mejor época es justo cuando las flores están completamente abiertas, pero antes de que empiecen a marchitarse.
Es importante limpiarlas suavemente para eliminar el polvo o pequeños insectos que puedan haber quedado en ellas. Esto se puede hacer con un pincel suave o un poco de agua fría para enjuagarlas.
Es recomendable separar las flores de las hojas y las ramas, ya que las hojas y los tallos tienden a secarse de manera diferente y pueden afectar la calidad del producto final.
Hay varios métodos para secar las flores de tilo, pero los dos más comunes son el secado al aire y el secado en horno a baja temperatura:
Secado al aire: es el método más natural y suave. Se agrupa las flores en pequeños ramos atados con hilo y se cuelgan boca abajo en un lugar cálido, seco y ventilado, alejado de la luz directa del sol (la luz solar directa puede descomponer los aceites esenciales de las flores y afectar su aroma).
Se deben dejar secando durante unos 7 a 10 días, controlando que circule bien el aire circule para evitar el moho.
Secado en horno: un proceso más rápido es el de secar las flores en el horno a baja temperatura. Se deben colocar las flores sobre una bandeja de hornear forrada con papel manteca, en una sola capa. La temperatura del horno debe ser baja (unos 35-40°C) y se debe dejar la puerta entreabierta para permitir la circulación de aire.
Se recomienda revisar las flores cada 30 minutos hasta que estén completamente secas, lo que puede tardar entre 2 y 3 horas. Este método es más rápido, pero requiere mayor atención para no quemar las flores.
Una vez que las flores estén completamente secas, se almacenan para preservar su aroma y propiedades. Se pueden colocar en frascos herméticos, bolsas de tela o cajas de cartón y guardar en un lugar oscuro, fresco y seco. La luz y la humedad pueden deteriorar rápidamente las flores secas, por lo que es importante asegurarse que estén bien selladas.
Las flores secas de tilo, si se almacenan correctamente, pueden conservar sus propiedades durante varios meses, incluso hasta un año. Se pueden usar para preparar infusiones relajantes, como ambientadores naturales o en potpourris.
El tilo es un árbol muy valorado por su estructura y perfume. Tiene copa ancha que, al madurar, adquiere forma de campana y sus ramas llegan a tocar el suelo.
Sus grandes hojas tienen en la base forma de corazón inclinado y son asimétricas en ambos lados de la nervadura
Tiene distintos atractivos a lo largo del año: en otoño, su color amarillo dorado es muy vistoso, en invierno se destacan sus yemas de color rojo amarronado y a fines de primavera se llena de flores muy perfumadas de color amarillo pálido.
Necesita suelos profundos, no muy secos. Se propaga por estacas leñosas. Tolera la poda y en ocasiones se utiliza como topiario, parasol o pantalla verde.
LA NACION
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