La facturación de la industria farmacéutica argentina experimentó un notable incremento del 332,9% entre agosto de 2023 y agosto de 2024, alcanzando los 3.080 millones de dólares. Este fenómeno se debe principalmente al alza significativa en los precios de los medicamentos, con incrementos que superan el 1000 % en algunos casos. En el segundo trimestre de 2024, la facturación total fue de 1.717.379,4 millones de pesos, un 326,7% más que en el mismo trimestre de 2023. Este aumento se divide entre la producción nacional (298,7% de crecimiento) y la reventa de importados (398,3% de crecimiento).
A esto hay que agregar otro dato que demuestra la irracionalidad capitalista: el aumento en la facturación no se refleja en un mayor acceso a medicamentos para la población argentina, por el contrario, en el último año cayeron más de 9 millones de unidades vendidas. Lo que equivale a casi 10 millones de tratamientos caídos. La crisis económica, la inflación, y el ajuste que aplica el gobierno de Javier Milei, han provocado una disminución en la venta de unidades y un acceso limitado a medicamentos esenciales, especialmente para la población con bajos recursos (con un 52,9% de pobreza en el país). Según Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos (CEPROFAR), la caída de recetas alcanza el 15% entre agosto de 2023 y agosto de 2024. Esto significa que muchos argentinos no están comprando los medicamentos que necesitan, especialmente los recetados a través de programas como PAMI, que han visto una disminución significativa en las compras debido a la pérdida de gratuidad.
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Otro dato significativo, es que los precios de los medicamentos en Argentina son más altos que en otros países, como España, con diferencias que alcanzan el 680,1% en algunos casos como con el Omeprazol. Esta situación se debe, en parte, a la falta de regulación efectiva en la industria farmacéutica y a la influencia de los laboratorios en las prescripciones médicas, que favorecen medicamentos más costosos.
Los precios exorbitantes de los medicamentos afectan la calidad de vida de millones de argentinos, que a menudo deben elegir entre comprarlos o satisfacer otras necesidades básicas.
No solo durante el gobierno de Javier Milei la industria farmacéutica festeja; también en los gobiernos kirchneristas, los laboratorios nacionales y extranjeros se beneficiaron significativamente. Todos los gobiernos han permitido que laboratorios como Roemmers, Bagó, Gador y Casasco, que controlan las patentes de medicamentos en Argentina, fijen los precios de referencia en el mercado.
Un nuevo ataque a los jubilados
La desregulación del sector impulsada por el actual gobierno permitió a las farmacéuticas aumentar los precios de los medicamentos. A partir de ahora, los jubilados que perciban más de 390.000 no podrán acceder a aquellos medicamentos que PAMI cubría al 100 %. Este drástico recorte entró en vigencia menos de 24 horas después de su anuncio, afectando a una de las poblaciones con menores ingresos.
Este no es el primer ataque que reciben los jubilados por parte de la gestión de La Libertad Avanza. En los primeros meses del gobierno de Milei sufrieron un recorte abrupto de sus ingresos por la devaluación, la inflación.
Ante los ataques del gobierno, que la dirigencia sindical ignora sin convocar a acciones de apoyo a los afiliados del PAMI, este miércoles los jubilados vuelven a salir a las calles.
En rechazo a la quita de medicamentos al% 100 a lxs afiliadxs de PAMI convocan este miércoles a concentrarse a las 12 h en la puerta de PAMI y a las 15 h en el nexo del Congreso.