Whoopi Goldberg, actriz y copresentadora del programa The View, se encuentra en el centro de una controversia tras afirmar que una panadería de Staten Island se negó a venderle un postre debido a sus ideas políticas. La acusación, publicada en New York Post, surgió durante un episodio en el que Goldberg celebraba su cumpleaños con Charlotte Russe, un postre que tiene un significado especial para ella.
En el programa, Goldberg explicó que había intentado encargar una cantidad significativa de Charlotte Russe a una panadería local para compartir con sus colegas. Según su relato, la tienda rechazó su pedido inicialmente, argumentando problemas con sus hornos. Sin embargo, Goldberg sugirió que la verdadera razón detrás de la negativa tenía que ver con sus posiciones políticas, ya que la actriz es conocida por expresar abiertamente opiniones progresistas.
La polémica tomó más fuerza porque Goldberg no nombró explícitamente a la panadería durante el programa, pero el público pronto la identificó. Se trata de un negocio familiar que opera desde 1878 en Staten Island, en Nueva York.
Jill Holtermann, propietaria de la panadería, negó las acusaciones de discriminación. En una entrevista con Entertainment Weekly, explicó que la negativa inicial al pedido fue estrictamente por razones técnicas. La panadería estaba lidiando con problemas de calderas en el edificio, una estructura antigua que a menudo presenta desafíos operativos.
Holtermann afirmó que no estaba en condiciones de garantizar la producción del pedido dentro del plazo solicitado, y por ello decidió no comprometerse en un inicio. Sin embargo, después de resolver algunos de los inconvenientes técnicos, el equipo logró cumplir con el encargo y entregar los postres a tiempo. Según Holtermann, las afirmaciones de Goldberg sobre un posible sesgo político no tienen fundamento.
El incidente pone de relieve las tensiones que pueden surgir entre figuras públicas y pequeños negocios en un entorno políticamente polarizado. Goldberg, una de las personalidades más reconocidas de Estados Unidos, no tiene tapujos a la hora de criticar abiertamente a figuras conservadoras, incluido el presidente electo Donald Trump. Esto hace que cualquier conflicto con ella pueda tomarse como un posible acto de discriminación política, sin embargo, deben probarse los fundamentos sobre estas afirmaciones.
Por otro lado, pequeños negocios como el caso citado enfrentan presiones únicas. Para ellos, servir a clientes influyentes puede representar tanto una oportunidad como un riesgo, especialmente si surgen malos entendidos como este que llegan a los medios.
Tras la emisión del programa, las redes sociales explotaron con comentarios divididos. Algunos defendieron a Goldberg, sugiriendo que las excusas técnicas de la panadería podrían ser una forma de encubrir sus prejuicios. Mientras que otros apoyaron a la empresa, al argumentar que los comercios no deberían ser objeto de críticas públicas basadas en especulaciones.
La controversia también plantea preguntas sobre cómo las figuras públicas deben manejar sus plataformas. Al no identificar directamente a la panadería en cuestión, Goldberg dejó espacio para que la audiencia especulara, lo que podría haber amplificado innecesariamente la situación.
Para Goldberg, el incidente representa un episodio incómodo en medio de lo que debía ser una celebración especial. Para Holtermann’s Bakery, significa un desafío para su reputación, ya que ahora están en el ojo público, enfrentando acusaciones que pueden afectar la percepción de su negocio.
Ambas partes parecen interesadas en pasar página. Goldberg cerró el tema en el programa señalando que estaba agradecida de haber podido celebrar con sus colegas y que el postre en cuestión era más importante como homenaje a su madre. Por su parte, la panadería mantiene su postura de que todo fue un malentendido técnico, sin intenciones maliciosas.