El femicida de Marisa Galdame, la mujer que fue asesinada a puñaladas en octubre del año pasado en la provincia de Río Negro, sabía que le esperaba una larga condena. Pedro Rafael Acuña ya había sido declarado culpable por un jurado popular en agosto pasado, y este viernes escuchó la sentencia: le dieron prisión perpetua.
Acuña fue juzgado por el delito de homicidio doblemente agravado: por la relación de pareja que mantenía con la víctima y por haberse perpetrado en un contexto de violencia de género.
En la audiencia de cesura, que se llevó a cabo la semana pasada, todas las partes -hasta su defensa- coincidieron en que la única pena posible era la de prisión perpetua, porque es la única contemplada en el Código Penal de la Nación para este tipo de delitos.
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Según el diario Río Negro, el femicida comenzará a cumplir la pena una vez que la sentencia quede firme. Hasta entonces, continuará bajo prisión preventiva debido al riesgo procesal de fuga.
Marisa Galdame, de 30 años, fue asesinada a puñaladas en la madrugada del 30 de octubre del año pasado. Vivía en la localidad de Allen con Acuña, quien intentó quitarse la vida, y sus dos hijos.
El homicida resultó gravemente herido. Pasó cuatro días internado en terapia intensiva y logró sobrevivir para ser juzgado.
En la lectura de cargos, los jueces señalaron que “Acuña tomó el cuchillo, el que aparentemente tenía en el auto que se encontraba en el patio de la vivienda, y con él, en un contexto de violencia de género, dio muerte a su pareja y madre de sus hijos de 5 y 13 años”.
LN