Tras pasar unos días en Buenos Aires con su familia para celebrar el cumpleaños de su madre, María del Carmen Cerrutti, alias ‘María Pame’, la reina Máxima Zorreguieta regresó a los Países Bajos para retomar su agenda. Tuvo una semana de muchas actividades en solitario, mientras que el jueves se reunió con su marido, el rey Guillermo Alejandro. Juntos visitaron la localidad de Mesch, recorrieron la zona, conversaron con las personas del lugar y fiel a su estilo, ella se lució con un look total pink que no pasó desapercibido.
El jueves 12 de septiembre, el rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima estuvieron en Mesch, una localidad ubicada dentro del municipio de Eijsden-Margraten en lLimburgo para el inicio nacional de la celebración de los 80 años de la libertad.
“Este día marca el inicio de la liberación de Limburgo y del sur de los Países Bajos. En 2024 y 2025 celebramos y conmemoramos que los Países Bajos fueron liberados hace 80 años y que vivimos en libertad desde el final de la Segunda Guerra Mundial”, sostuvo la casa Orange-Nassau en un comunicado oficial.
Durante la jornada, los reyes se subieron a un vehículo militar y, acompañados por un veterano, se trasladaron desde la frontera belga hasta Mesch. Luego conversaron con las personas del lugar, recorrieron la zona y disfrutaron de varias actividades.
Para la ocasión, la reina de los Países Bajos eligió un look total pink con flores. Lució un vestido de su firma de cabecera, Natan Couture en un tono rosa palo. Se trató de un diseño de manga tres cuarta con una voluminosa falda, y un lazo a la altura de la cintura. Agregó un pañuelo color nude, que usó cuando bajó la temperatura. Llevó sus clásicos stilettos de Gianvito Rossi, esta vez en color marrón, con un par de guantes y un clutch del mismo tono.
La pieza central del look estuvo en la cabeza. Máxima se recogió el cabello en un rodete bajo para destacar su llamativo tocado en forma de flor en un tono rosa ocurso que causó sensación y se complementó con el ramo de flores que le dieron cuando llegó. Para darle el toque final sumó unos delicados aretes colgantes. El rey, por su parte, llevó un elegante traje azul con camisa blanca y corbata celeste y zapatos negros.
El miércoles, la reina nacida en la Argentina, visitó la ciudad de Hengelo en la provincia de Overijssel para asistir la inauguración de una nueva fábrica de NX Filtration. Durante el recorrido, visitaron un laboratorio y la monarca no lo dudó y se puso la bata blanca y las gafas protectoras y se animó a combinar dos preparaciones líquidas bajo la supervisión de uno de los especialistas. Sin embargo, fue difícil pasar por alto su look: además del equipo de seguridad, sobre la cabeza llevó un elegante tocado color verde y unos aros colgantes en dorado y negro. Fiel a su estilo, le dio su toque personal al outfit.
Después, Máxima se trasladó a la localidad de Wilp en Gelderland para la inauguración de la instalación FirstBio2Shipping del procesador de residuos Attero. En las imágenes que compartió la cuenta de Instagram oficial de la realeza se pudo ver qué llevaba la monarca debajo de la bata blanca. Eligió un vestido celeste con un estampado floral de Natan Couture, mismo diseño que usó en junio cuando visitó Nueva York junto al rey Guillermo Alejandro.
De abrigo llevó un tapado verde azulado con unos stilettos en el mismo tono. Se recogió el cabello en un rodete bajo para que se luciera su elegante tocado verde.
LA NACION