El Gobierno insiste con firmeza en que el tipo de cambio de la Argentina no está atrasado, a pesar de que el dólar oscila desde que comenzó el año entre los $1.000 y los $1.100, mientras que la inflación transcurrida desde diciembre fue del 65%. La hipótesis que hay detrás de ese razonamiento es que anteriormente el peso estaba muy «adelantado», por culpa de las «políticas populistas».
Dependiendo del punto de vista que se mire, hay argumentos para sostener tanto la posición de que es necesario corregir la distorsión que está generando la estabilidad del dólar, o que no es necesario.
¿El dólar está caro o barato?
Lo cierto es que si se mantienen los dólares quietos y sube la inflación, la economía se vuelve más cara.
«El debate sobre el dólar atrasado o no atrasado es una discusión del pasado. Todas las devaluaciones terminaron en fracaso, hay que bajar impuestos», señala el consultor Salvador Di Stéfano en su último informe semanal.
En todo caso, si es que el peso está sobrevaluado frente a la moneda de los Estados Unidos, según Di Stefano los que «están adelantados son los impuestos».
Según señala el analista «la presión impositiva es muy elevada para sectores de la exportación como el campo, industria y otros».
Ricardo López Murphy y Salvador Di Stéfano son algunos de los más críticos sobre el tipo de cambio.
«Las pequeñas y medianas empresas están descapitalizadas, la suba de tarifas, los aumentos salariales, el stock de deuda y la falta de trabajo las ponen al borde la convocatoria de acreedores», advierte.
El punto de equilibrio del tipo de cambio
Al respecto, el director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, señaló a iProfesional que «el dólar oficial efectivamente está atrasado respecto de si reflejara todo lo que perdió el peso con la inflación, pero el valor dólar sí se refleja en los mercados libres, de modo que ya hay una referencia».
«El precio de equilibrio no va a estar en los dólares financieros porque ahí no están reflejados todos los mercados, pero va a estar cerca de esos valores», señaló ante una hipótesis de salida del cepo y unificación de mercados.
En ese sentido, Abram indicó que «esta discusión ya estuvo durante el inicio del gobierno de Mauricio Macri, con el cepo que había dejado Cristina Fernández y la verdad es que cuando se unificó y se liberó el cepo el valor fue entre los paralelos y el dólar oficial».
Al respecto, señala que «no se puede decir cual es el punto exacto de equilibrio pero si se sabe que está entre el oficial y paralelo» y planteó que «si se puede advertir es que si se agranda la brecha va a quedar más atrasado el oficial».
Para los exportadores, no hay atraso
Si hay alguien que sabe si le conviene o no vender sus granos es el productor agropecuario. Cuando intuye que el dólar puede estar más caro suspende la exportación y espera. Al respecto, el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Marcos Pereda, considera que el dólar «no está atrasado» y en consecuencia el sector liquidará la cosecha sin especular con una devaluación.
Ante empresarios, Milei sostuvo que el dólar no está atrasado y que mentendrá devaluaciones diarias del 2%.
«No creo que el sector agropecuario considere que el dólar esté atrasado», sostuvo Pereda.
El empresario también es presidente del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) y fue anfitrión del presidente Javier Milei durante un almuerzo en el que el jefe de Estado apuntó contra los que cuestionan la política cambiaria del Gobierno
Pereda rechaza la idea de que el campo pueda retener la cosecha especulando con una devaluación. En ese marco sostuvo que «el dólar no está atrasado» y aseguró que en la actualidad los «márgenes del campo están dentro del promedio histórico».
El retraso de Miguel Pesce
En cambio, el presidente del Banco Central durante la gestión de Alberto Fernández, Miguel Pesce, tiene la visión inversa. «Hay un valor que se toma como referencia del tipo de cambio real, que es el de la devaluación de 2015, que está hoy en 93. Entonces, si se continúa con niveles de inflación decrecientes pero altos, ese tipo de cambio real va a seguir cayendo y eso va tener efectos sobre la competitividad de la economía», asegura el ex funcionario.
Pesce advierte que el sector sojero «que tiene mucho poder, porque exporta un tercio del comercio exterior argentino, debería haber empezado a liquidar divisas de manera importante, pero eso no está sucediendo».
E hizo referencia al tipo de cambio de salida del cepo de diciembre de 2015. En ese momento, apenas había asumido la presidencia Mauricio Macri, el entonces ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, dispuso una salida del cepo con una devaluación del 40%. Con ese movimiento, el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) se ubicó en 94 puntos.
Para economistas, el tipo de cambio ideal se ubicaría entre el valor del dólar oficial y el paralelo.
Precisamente, el pasado 9 de mayo, el TCRM cayó por debajo del nivel que tuvo a la salida del cepo del 2015. Es por ello, que desde el Gobierno se considera que en términos históricos, tomando con punto de referencia a esa anterior experiencia, todavía al dólar le quedaría margen para apreciarse.
El FMI pide flexibilidad
En el Fondo Monetario Internacional (FMI) ven que el esquema que mantiene el equipo económico de mantener una tasa de devaluación mensual del 2% es muy poco flexible para ayudar a que los exportadores liquiden sus dólares y colaboren a acumular reservas internacionales.
Julie Kozak, la vocera del organismo dijo que la política monetaria del Gobierno «tendrá que seguir evolucionando para mantener la inflación y las expectativas». «Y sus efectos tendrán que volverse más flexibles con el tiempo para salvaguardar una mejora en la cobertura de reservas», explicó.
En diciembre, cuando asumió, la gestión Milei dispuso una devaluación del 2% mensual, ritmo que se mantiene en la actualidad, aunque numerosos analistas hablan cada vez con mayor insistencia de un «atraso cambiario».
«Estos cambios en las políticas serán necesarios al tiempo que los controles cambiarios sean levantados gradualmente, según las condiciones, y mientras las autoridades hacen la transición a un nuevo régimen monetario», explicó Kozack.
La funcionaria dijo que el régimen incluye para Argentina «la competencia de monedas, en el que el peso y otras monedas, como el dólar, pueden coexistir y son libremente usables como el caso de Perú o Uruguay.