Fue la jugada que modificó el rumbo de la semifinal entre Boca y Estudiantes, por la Copa de la Liga en Córdoba. En ese momento, el estadio Mario Kempes tomó otra temperatura: a 19 minutos del cierre del encuentro, Cristian Lema le cometió una infracción insólita al uruguayo Tiago Palacios en el área, con una patada digna de un karateka. Fue un claro penal para el Pincha y lógica nueva tarjeta para el defensor, que ya estaba amonestado. Hasta ese momento, Boca se imponía 1 a 0 con el gol de Miguel Merentiel a los 41 minutos del primer tiempo.
Así, Boca se quedó con diez jugadores. Y el León dispuso de un penal, celebrado anticipadamente por Enzo Pérez. El colombiano Edwin Cetré, con molestias físicas y que había ingresado un rato antes, no le tuvo temor a Romero, un especialista en el arte de los penales. Fue un remate furioso. Estudiantes empató y, verdaderamente, empezó otro partido, que desembocó en los penales y, al fin y al cabo, el pase a la final del conjunto platense.
Hasta ese momento, Boca tenía el partido bastante bajo control gracias al gol de Miguel Merentiel, el mismo uruguayo que erraría la ejecución de su penal. Claro que el equipo de Diego Martínez, hasta allí, tenía zozobras en su área y obligaba a Chiquito Romero a intervenir en varias oportunidades. Pero nada como esa imprudencia de Lema, que no miró que tenía al lado a Palacios y le cometió un foul dentro del área. Inapelable decisión de Arasa. Después, fue todo para Estudiantes: la precisión en los penales y la intervención clave del arquero Matías Mansilla, para empezar a palpitar la final del próximo domingo ante Vélez.
De este forma, el Pincha venció 3 a 1 por penales a Boca y gracias a la puntería Mancuso, Carrillo y Méndez, mientras que Zenón marcó el único del Xeneize. La gran figura de la definición fue el arquero Matías Mansilla, que le contuvo los remates a Cavani y a Figal. Además, Merentiel estrelló su disparo en el travesaño y Romero le detuvo el disparo a Cetré.
LA NACION