Valeria Ricciardi pudo conocer a su ídolo. Como si lo conociera de siempre, quedó impactada por su calidez. “Le agradecí por mis hijos y lo abracé tres veces, le contó a TN.
Desde que salió de Mar del Plata, Valeria Ricciardi, pastelera de profesión, vivió una historia que parece sacada de un cuento de hadas. Madre de cuatro hijos (Juan Ignacio, Joaquín, Benjamín y Matías) y apasionada del fútbol, la emprendedora logró transmitirle a Lionel Messi el amor que su familia siente por él. Cuando viajó a Miami, pudo asistir a un entrenamiento del equipo del campeón. “Se te pone la piel de gallina”, describe con emoción cuando recuerda el momento.
Leé también: Impulsó la creación del fútbol inclusivo en Newell’s y cumplió su sueño de conocer a Messi: “Fue emocionante”
La odisea para llegar a Lionel Messi
Una sucesión de situaciones particulares hizo que ese entrenamiento se convirtiera para Valeria en una aventura que jamás olvidará. Un desconocido fue el responsable de su felicidad: la ayudó a llegar al estadio y a pagar la camiseta: “Para ir al entrenamiento necesitaba una tarjeta de crédito para pagar el taxi, no tenía, pero por suerte uno de los chicos me la pagó y yo le pagué con efectivo y lo mismo me paso con la camiseta”.
La ayuda llegó de manera inesperada. Valeria sintió una mezcla de alivio, sabiendo que, al menos, sus hijos tendrían un tesoro firmado por su ídolo. Pero el destino tenía preparado una sorpresa aún mayor. Cuando terminó el entrenamiento, le contó su historia a una persona cercana a Messi que le aseguró que habría algo más que una simple firma. “Tengo todo el tiempo del mundo”, afirmó Valeria, más conocida como Valeria Pâtissière.
La emoción de ver a Lionel Messi
Cuando Lionel Messi apareció, la emoción del momento era tan abrumadora que las palabras se esfumaron, y dejaron lugar a las lágrimas. “En ese instante, no te salen las palabras”, contó. Messi la tranquilizó: “Que no te salgan las palabras está bien, no pasa nada”, le dijo con una sonrisa y Valeria se calmó.
Lágrimas, sonrisas y una charla inolvidable
Durante más de cuarenta minutos, tuvieron una conversación que fluyó con la naturalidad de dos viejos conocidos, pero con un detalle: uno de ellos era Leo. “Fue un sueño”, confesó Valeria. La Pulga, en una actitud relajada y accesible, se mostró, tal y como es, un ser humano con una humildad que desafía su fama global.
La escena, con Messi apoyado contra una pared y jugando despreocupadamente con su chancla, reflejó la sencillez de un encuentro que, para Valeria, representó la realización de un sueño hecho realidad. “Le agradecí por mis hijos y lo abracé tres veces”, recordó emocionada.
El guardaespaldas: el puente hacia Messi
Valeria vivió muchas emociones ese día. El momento con el guardaespaldas de Messi, Yassine Cheuko fue una de ellos. El protector de Leo rompió con todos los estereotipos. Al encontrarse con Valeria, Yassine se acercó y le dijo: “Llorá tranquila”.
Valeria le pidió a Yassine un saludo para sus hijos. A pesar de los esfuerzos, recordar y pronunciar correctamente los nombres de los cuatro niños resultó un desafío encantador para el cuidador del ídolo. “No le salía Benja, le decía Benqui”, explicó entre risas la marplantese.