Allium sativum: el secreto del antiguo Egipto para mejorar la circulación y aliviar várices.
4 de enero de 2024 – 17:35
Una de las civilizaciones más avanzadas en materia de gastronomía y salud era el antiguo Egipto. En la búsqueda constante de una dieta equilibrada, esta civilización comprendió rápidamente todos los beneficios para la salud que tenía el “Allium sativum”, o más conocido como ajo. Lo utilizaban tanto por su sabor distintivo, como también por sus beneficios nutricionales y medicinales.
La Federación Española de Nutrición (FEN) destaca que el ajo es una fuente rica de minerales como hierro, potasio, calcio y vitaminas. Este vegetal, además de sus componentes sulfurados, ofrece calcio, vitamina C, hierro y mucho más. De hecho, era utilizado como «energizante en la alimentación de los obreros que construyeron las pirámides de Egipto», explicaron desde la FEN.
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Allium sativum: el secreto del antiguo Egipto para mejorar la circulación y aliviar várices
El consumo regular de ajo aporta beneficios diuréticos, depurativos y antibacterianos. Además, contribuye a reducir el colesterol, triglicéridos y la presión arterial, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las investigaciones acerca del ajo, sugieren que este maravilloso vegetal mejora la circulación sanguínea, reduciendo el riesgo de formación de placas en las arterias. Esto se debe a la alicina, un compuesto sulfurado presente en el ajo que inhibe la oxidación de colesterol «malo» LDL y triglicéridos.
Uso terapéutico para várices
El ajo, con sus propiedades antiinflamatorias y vasodilatadoras, se presenta como un aliado para quienes buscan alivio de las várices. A continuación una receta simple para un ungüento a base de ajo y aceite de oliva, que actúa como antiinflamatorio y reafirmante.
Ingredientes
5 dientes de ajo triturados. 3 cucharadas de aceite de oliva. Jugo de medio limón.
Preparación
Triturar y mezclar ajo, aceite de oliva y jugo de limón en un frasco de vidrio. Reposar la mezcla en un lugar fresco y oscuro durante una noche. Filtrar la preparación y aplicarla en las áreas afectadas con masajes circulares. Dejar actuar durante una hora y luego enjuagar con agua. Este tratamiento, aplicado tres veces por semana, promete aliviar las molestias asociadas a las várices. El ajo, desde sus orígenes en el antiguo Egipto hasta las investigaciones contemporáneas, se revela como un tesoro culinario y medicinal. Su versatilidad en la cocina y sus beneficios para la salud, incluyendo mejoras en la circulación y el alivio de várices, lo convierten en un indispensable en nuestra alimentación diaria./Semana.