Desde que ingresó al Congreso el proyecto de ley “ómnibus” de Javier Milei, los sectores del peronismo que ya se habían pronunciado contra el megadecreto publicado unos días antes quedaron en “alerta y reunión permanente” para afinar la estrategia con el propósito de frenar las medidas. En especial el DNU, en vigencia desde este viernes, aunque también el texto con 664 artículos que se debatirá en enero.
“Unidad, resistencia y acción”, resumió un referente kirchnerista en el tercer piso de la Cámara baja, en la amplia oficina del jefe de bloque Germán Martínez, luego de la cumbre en la que gobernadores, diputados y senadores coincidieron en el rechazo a las iniciativas del Gobierno y analizaron los próximos movimientos. Los legisladores se quedaron evaluando las alternativas para bajar el DNU hasta entrada la noche.
A modo de presión fijaron como fecha límite el 23 de enero, según el cálculo de los plazos para el tratamiento del decreto desde su entrada en vigencia, aunque había diferentes interpretaciones de acuerdo a si se computan los días hábiles o en general.
Unión por la Patria buscará acelerar los tiempos, a contramano de la intención del oficialismo, que no incluyó el DNU en el temario de extraordinarias con el objetivo de aplazar el debate. Para que el Congreso derogue el decreto deberían rechazarlo las dos Cámaras. Si al menos una lo aprueba o no lo trata, seguirá rigiendo.
La primera disputa será en la comisión bicameral que trata los DNU, y por ese motivo se estiró la discusión sobre su composición. “El dictamen negativo tiene efecto jurídico. Hay que concentrar toda la energía del peronismo en frenar el decreto”, planteó una espada parlamentaria que responde a Cristina Kirchner. “Está en riesgo la institucionalidad. Si eso no ocurre, Milei queda con las manos libres y el resto ni vale la pena discutirlo”, completó.
“Estamos activando los anticuerpos y vamos a hablar con todos”, contó un dirigente que responde a uno de los gobernadores. Uno de los focos principales estará en el radicalismo. Con el PRO predispuesto a acompañar al oficialismo, la postura de la UCR podría inclinar la balanza para uno u otro lado tanto en la bicameral de DNU como en el tratamiento del proyecto ómnibus.
Integrantes de Unión por la Patria levantaron la expectativa de sumar voluntades de rechazo a partir de las declaraciones de Emiliano Yacobitti -aseguró que los legisladores radicales votarán en contra del decreto- y Karina Banfi, que marcó la posición histórica del partido contra los superpoderes y las facultades delegadas al Ejecutivo. “Si los radicales votan esto, no se van a sacar más ese sayo históricamente”, advirtieron.
Los diputados del peronismo mantuvieron conversaciones con representantes de sectores afectados por el contenido del DNU y les pidieron que expresen los pedidos al resto de los bloques legislativos de la oposición. “Hablen con ellos, ustedes ya saben que nosotros vamos a estar en contra”, transmitieron.
En cuanto a la unidad del espacio, hubo coincidencias en el rechazo a las medidas entre los gobernadores y legisladores presentes, aunque también ausencias que abrieron suspicacias. A la reunión en el Congreso asistieron Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Sergio Ziliotto y Ricardo Quintela. Los cuatro fueron críticos con el Gobierno, en sintonía con Martínez, Cecilia Moreau, Juliana Di Tullio, José Mayans y otras referentes parlamentarios.
«Es más fácil firmar un decretazo y mandar una súper ley que dedicarse a laburar y a generar trabajo e industria. Esos que se dicen eficientes además son bien vagos, los decretos se los escriben otros«, apuntó el mandatario bonaerense este jueves durante un acto en Florencio Varela.
Gerardo Zamora se conectó por Zoom. No participó Osvaldo Jaldo, que viene tomando distancia de los posicionamientos más duros. En una sintonía similar se ubica Raúl Jalil (envió al vice Rubén Dusso). «Los senadores y diputados son elegidos para representar a la gente en el Congreso. Son ellos quienes tienen que decidir”, se desentendió el gobernador tucumano. Gustavo Sáenz ya había generado un quiebre de los diputados salteños del bloque de Unión por la Patria.
En el Senado, además del radicalismo, en el peronismo opositor siguen con atención los movimientos de Carlos Espínola y Edgardo Kueider, los dos que se desprendieron del espacio, y que acordaron con Victoria Villarruel para integrar la mayoría de 39 votos que hace dos semanas impuso la designación de autoridades.