miércoles, 9 octubre, 2024

La polémica Papanoelada Motera desafía a Barcelona pese al aviso de sanciones y protestas

La Papanoelada Motera, controvertida fiesta que cada año por estas fechas celebra la comunidad de las dos ruedas a motor con mucho ruido y gases contaminantes en los escapes, vuelve a desafiar a Barcelona pese a las advertencias recibidas. El Ayuntamiento amenaza con multas si se lleva a cabo, puesto que carece de permiso, y además tendrá este año su contrarréplica con una protesta programada por la plataforma Eixample Respira justo a la misma hora en que los motoristas tiene previsto entrar en Barcelona.

Los moteros, vestidos muchos de ellos con ropas rojas de Papa Noel, porque su propósito, dicen, es recoger juguetes para los niños con menos recursos familiares, han elegido como punto de encuentro este 2023 la avenida de Joan Carles I, justo al lado de la Fira de l’Hospitalet. Se citan a la una de la tarde, pero no se ponen en ruta hasta las cinco y media, en un desfile que formalmente no está autorizado. No piden permiso. Simplemente, circulan. Así ha sido otros años, pero con el debate sobre la contaminación y los combustibles fósiles cada vez más sobre la mesa, esa celebración, en opinión de cada vez más voces, parece trasnochada.

La Sindicatura de Greuges alzó la voz para oponerse a que se celebre esa fiesta. El Ayuntamiento ha mantenido una oposición discreta al acto, aunque en el pleno del distrito del Eixample, el edil Jordi Valls aseguró que la Guardia Urbana levantaría acta si los moteros llevaban a cabo su ruidoso desfile.

En vistas de que la convocatoria seguía adelante, Eixample Respira ha decidido dar un paso al frente y ha convocado una concentración de protesta en la Gran Via con Llançà, justo a la salida del túnel porque el que en principio está previsto que los moteros entren en la ciudad. No descartan (más bien, dan por hecho como inevitable) cortar el tráfico, aunque dudan de que eso les ponga cara a cara con los motoristas, a los que les bastará buscar una ruta alternativa para llegar al centro de Barcelona y llevar a cabo su fiesta.

En la Navidad de 2022, la concentración de motoristas vestidos de Papa Noel reunió a más de 1.500 participantes sin que contara en ningún momento con la complicidad de las autoridades municipales. El equipo de gobierno lo lideraba Ada Colau. Este año, la polémica, con Jaume Collboni de alcalde, ha subido de decibelios por la mediación de la Sindicatura de Greuges, primero, y de Eixample Respira, ahora.

Para esta organización vecinal, el desfile de motos, que en cada semáforo en rojo aprovechan los conductores para acelerar y ponerle una banda sonora a su acción, es todo un contrasentido cuando los índices de contaminación siguen siendo muy elevados en Barcelona, mínimamente por debajo de los que fija la Unión Europea, pero muy por encima de los que aconseja la Organización Mundial de la Salud.

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